El grupo PSA Peugeot Citroën está estudiando una alianza con la multinacional estadounidense General Motors (GM), el primer fabricante de automóviles del mundo, según informó ayer el ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand. Esta operación, que lleva meses negociándose, buscaría atajar las pérdidas en el Viejo Continente del fabricante galo y de la división europea de GM (Opel/Vauxhall) ahorrando en la producción de vehículos y componentes, al tiempo que impulsaría la expansión internacional de PSA en aquellos países en los que no está presente.

Los contactos entre los constructores se habían mantenido en absoluto secreto hasta ahora, pero la negociación estaría bastante "avanzada", según fuentes del sector. La multinacional gala reconoció en un escueto comunicado la existencia de conversaciones de cara a una posible alianza, sin concretar la identidad del posible socio. Pero el ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand, confirmó en una entrevista radiofónica a una cadena local que el presidente de Citroën le confirmó que era GM.

La negociación fue revelada por el diario francés La Tribune, que cita fuentes no oficiales que apuntan a que se trataría de una alianza y no una simple colaboración industrial como las que PSA mantiene con otros constructores como Toyota o Mitsubishi. Financial Times, en cambio, asegura que esa alianza no incluiría intercambio de acciones, según fuentes familiarizadas con el plan. El portavoz oficial de GM, Kelly Cusinato, se limitó a decir que "rutinariamente hablamos con otras [empresas] del sector, pero no tenemos nada más que comentar", mientras que desde PSA recalcaron que "no puede haber certezas en esta etapa de que esas discusiones resultarán en algún acuerdo".

Las razones que llevarían a PSA a buscar una alianza con GM serían varias, según los analistas. La primera: atajar las pérdidas del grupo en Europa, creando sinergias con la división europea de GM (Opel/Vauxhall, que también presentó pérdidas) en la producción conjunta de vehículos y componentes como motores y sistemas de transmisión. Opel tiene a su vez una fuerte implantación en el norte de Europa, y Peugeot, en el sur.

En este sentido, PSA ya manifestó públicamente que está buscando un nuevo socio industrial para la producción de vehículos industriales, tras la decisión de Fiat de poner fin al acuerdo que mantiene en la planta francesa de Sevelnord, donde se ensamblan los modelos Citroën Jumpy, Peugeot Expert y Fiat Ducato, entre otros.

La otra razón es que GM, el mayor fabricante de coches del mundo (por delante de Toyota y el alemán Volkswagen), podría ayudar a PSA en su estrategia de convertirse en un constructor global, facilitando su presencia en aquellos mercados en los que no tiene experiencia. Tampoco se descarta que las marcas del grupo PSA vuelvan al mercado americano.

Tras conocerse los contactos, las acciones de PSA repuntaron más de un 12% en la bolsa de París, hasta un precio de 16,13 euros. El éxito de la negociación entre ambos fabricantes dependerá al final del visto bueno de la familia Peugeot al proyecto, ya que en otras situaciones parecidas (con Mitsubishi hace unos años) se negaron a perder su cuota de poder. Los Peugeot tienen en su poder el 30,9% de las acciones y el 48,3% de los derechos de voto en el consejo.