El sueño idílico con el que había comenzado la mañana en el Municipal se convirtió en pesadilla. El Condes de Albarei Teucro y su afición sufrieron un duro mazazo en el choque ante Ángel Ximénez de Puente Genil, que pasó de presa dócil a rival fiero que acabó devorando a los de azul sin compasión.

Amanecía el Teucro con ganas de marcha a golpe de matinal de domingo. Los de Quique llegaron pronto a la fiesta y desde el principio fueron los protagonistas. Ellos mandaban en el guateque.

El Teucro ponía en la pista una coreografía dinámica en la pista. Comandando por el trío de su primera línea, la escuadra pontevedresa encontraba todos los resquicios para dañar a un Ángel Ximénez que, al principio, le aguantó el ritmo.

Pero poco le duró el fuelle al conjunto cordobés. A partir del ecuador del primer acto, el equipo de Quique Domínguez ajustó su defensa y elevó a la máxima potencia sus virtudes ofensivas.Los locales encontraban el gol desde el ataque estático con un Balázquez que comenzaba con su particular show o bien, en transiciones rápidas.

El 10-7 en el minuto 15 se transformó en un 12-7 pese a la inferioridad local por exclusión de Carlos García con un tanto de Iglesias a la contra. Santana cortaba contras en el centro del campo y paraba bajo palos, mientras sus compañeros agujereaban la muralla cordobesa hasta firmar un 19-13 al descanso que reflejaba la matrícula de honor teucrista a la perfección.

Pero quedaba el examen final y ahí el Teucro no cumplió. Quizá porque se relajó. Quizá porque lo vio hecho. Quizá por el cansancio. La única certeza es que Puente Genil salió más agresivo y encontró pronto varios goles seguidos que le metieron en el partido.

Rudovic se agigantaba mientras la defensa visitante, más adelantada y agresiva, cortocircuitaba a la primera línea teucrista. Los locales no encontraban al pivote y cada ofensiva era un suplicio que acababa con fallo o gol muy forzado.

Del 19-13 al 22-20 en diez minutos. Quique pedía tiempo, pero cinco minutos después, Puente Genil se ponía por delante (23-24) por primera vez. El Teucro no encontraba el gol en jugada. Santana mantenía en el partido a los suyos y le permitía alguna mínima ventaja (26-25 y 28-27), el partido se le iba. A falta de cinco minutos Rudovic colocaba el 28-29, que pronto se convertía en 28-30. El equipo azul estaba contra los cuerdas y entonces, no acertó ni de penalti. Oliva culminó su epopeya con dos penaltis parados que convirtieron la pesadilla en una realidad.