Quedan solo seis jornadas para que la temporada en LEB Oro llegue al momento de los play offs de ascenso a la Liga Endesa y al Marín Peixegalego se le acaba el margen de maniobra para tratar de lograr una salvación que actualmente se antoja poco menos que milagrosa.

La caída libre de los azules en las últimas semanas ha sido imparable y los de A Raña tienen complicado abandonar el puesto de farolillo rojo que ahora ocupan por debajo de Magia Huesca y CB Clavijo.

Aun así, los de A Raña no han dicho aun su última palabra y ayer mismo uno de los referentes del club peixiño como Andrés Miso ya advertía a través de sus redes sociales que "Si vas a tirar la toalla... que sea en la playa".

Con el FC Barcelona B en una escalada constante desde su agitación del mercado de fichajes y prácticamente descartado como candidato al descenso luego de seis victorias consecutivas, en Marín solo deben fijarse ya en lo que hagan en Huesca y La Rioja para buscar su salvación. El Peixe debe superar a ambos equipos para permanecer, al menos en lo deportivo, en LEB Oro un año más.

Tres derrotas o más condenarían matemáticamente al descenso al equipo que entrena Javi Llorente por lo que será necesario ganar prácticamente todo para obrar el milagro.

En la práctica, los azules precisan vencer dos partidos más que Magia Huesca, al que le tienen ganado el average particular, y tres más que Clavijo para superar a ambos. Cabe decir que con el cruce directo entre estos dos equipos al menos uno de los dos va a puntuar en un mínimo de una ocasión de aquí al final de liga. Además de que los riojanos del Clavijo tienen un partido menos que sus oponentes directos al tener pendiente aun su cruce contra el Breogán.

Para sumar mayores dificultades al reto, el bloque de A Raña tiene un calendario sustancialmente más complicado que sus adversarios al tener que enfrentarse contra Força Lleida, Breogán, Oviedo, Prat, Castellón y el líder Guipuzcoa en este más que exigente tramo final de competición.

Pinta muy negro por lo tanto el futuro de un Peixegalego que ha tenido un paso más amargo que dulce por la segunda categoría nacional, con falta de apoyos económicos e institucionales, mala suerte en cuanto a lesiones y algunos de los refuerzos que en teoría venían a aportar quilates y experiencia al equipo sin conseguir ofrecer el rendimiento que de ellos se esperaba.