Fuerza, equilibrio, habilidad y resistencia. Los "gladiadores" pontevedreses fueron puestos a prueba en estas tres virtudes. Una prueba solo para valientes y, sobre todo, gente con mucho sentido del humor. Tan solo el mal tiempo deslució un poco a una de las pruebas que llegan a Pontevedra con la intención de asentarse en el calendario de pruebas deportivas debido a su espectacularidad.

En total fueron 28 obstáculos repartidos en la avenida de Buenos Aires y, especialmente, en la isla de la Esculturas. Actores sorprendiendo a los "gladiadores", que debían superar pirámides, paredes verticales y las temidas zamburguesas, que traicionaron a más de uno. Precisamente, uno de los ríos que rodean la illa do Cobo se convirtió en una trampa para más de uno.

Y es que a mayores que la dureza acumulada tras en los 8 kilómetros de obstáculos, se le sumó un tramo en el que los participantes debían cruzar el río a nado. Fue en un tramo que unía un tobogán, una un tramo a nado, trepando después por una red y de nuevo tramo a nado. El estado enlamado del suelo del río complicó la situación para muchos "gladiadores", por lo que la organización decidió tomar la decisión de recortar ese punto ante la peligrosidad por el riesgo de ahogamientos.

Al final, no hubo que lamentar incidentes en una fiesta deportiva. Porque esta prueba deportiva inspirada en los entrenamientos militares era, ante todo, una oportunidad para diversetirse de otro modo. No faltó la gente que acudió disfrazada, con "tutús", a pesar de la dureza de los obstáculos. Por si fuera poco, el ambiente festivo que reinaba se trasladó posteriomente al Recinto Feiral donde esperaba la entrega de premios para aquellos que completasen el circuito en menor tiempo posible, así como a los mejores equipos. En una jornada tan completa, no faltó la música, con la actuación de la banda Terapia de Grupo y con la sesión de Dj Charlie.