El COB Ourense Provincia Termal sufrió ayer una amarga derrota en casa ante el Cáceres con la que agravó los malos síntomas que ya había dado en la segunda parte del derbi contra el Breogán. Los malos porcentajes en el tiro se contagiaron a la actitud del equipo, con excepciones como las de Guillermo Rejón o Ander Martínez.

La primera realizada ayer por el COB se puede considerar desastrosa cuando tenía la ocasión de ganar a un equipo que venía sin sus mejores jugadores, prácticamente todos nacionales y con poca altura y que perdería otro efectivo en el transcurso del juego. A partir de la primera canasta de Diego Kapelan, los de Gonzalo García de Vitoria parecieron un equipo de infantiles, en el que fallaban todos sus jugadores, empezando por la dirección de Pedro Rivero, totalmente negado. A Barreiro, Salash y Rowley apenas se les veía en el campo.

Por su parte, el cuadro de Ñete Bohigas, sin hacer cosas del otro mundo y aprovechando las canastas del excobista Serrano y de José Antonio Marco, se marchaba en el minuto 7 (5-11) ante un COB que no podía quejarse de la agresividad defensiva de los visitantes, que completaron la primera parte con tres personales en su haber.

El COB caía en el ridículo en sus ataques y el Cáceres finalizaba el primer cuarto por encima (9-13). En el segundo se mantuvo el mismo guión, con un equipo cobista que se arrastraba sobre el parqué, mientras que el Cáceres solo tenía que aprovechar las pérdidas de balón locales para afianzar su control en el marcador (13-18 y 13-20 superado el ecuador del cuarto). Tuvo que salir Ander Martínez para corregir algo la deriva con sus lanzamientos que equilibraban el marcador, 23-28 al descanso. Un resultado impropio de un partido de profesionales. Por si fuera poco el escarnio, el pívot Rejón se encaró con el entrenador tras ser cambiado.

La segunda parte fue una continuación de la penosa imagen del COB sobre la cancha y el público empezó a silbar a sus jugadores y al entrenador. El base Pedro Rivero se retiró por lesión durante unos minutos, aunque para lo que estaba haciendo tampoco se notó demasiado. El conjunto cacereño se aprovechaba de los fallos continuados de los cobistas, y dominaba el resultado destacando los tres exjugadores cobistas, Sergio Pérez, Álvaro Frutos y Víctor Serrano. Al minuto 25 se llegó con un 27-33 y con un Gonzalo García de Vitoria sentado en el banquillo como si no fuera con él el partido. El público quiso tirar del equipo, pero siguió mostrando su pasividad en la cancha, dando pena. Solo la profesionalidad de Rejón mantenía al COB en el partido (30-35), pero no bastaban sus puntos ni los de Ander Martínez, que no se sabe por qué fue sentado cuando estaba siendo uno de los mejores. Finalizaba el tercer cuarto con nueve puntos arriba para los visitantes (33-42).

En el último cuarto, el público ya ni aplaudía ni protestaba ante un espectáculo denigrante de dos equipos de la LEB Oro que llegaban al minuto 33 con un marcador de 35-45, con la primera canasta de Pedro Rivero. El técnico del COB, en la línea de los jugadores, hacía rotaciones que nadie entendía y el conjunto cacereño, sin ofrecer nada del otro mundo, anotaba canastas que le acercaban a la victoria. A once puntos (40-51) se fueron en el minuto 34. En el conjunto ourensano todo seguía igual, no se cogía ni un rebote, continuas pérdidas de balón y el Cáceres conservaba su cómoda renta (43-54). Un triple de Pedro Rivero maquillaba su mala noche, pero a falta de cuatro minutos el conjunto visitante aumentaba la diferencia (45-54). Gracias al empeño de un profesional como Guillermo Rejón, que al final se convertía en el máximo encestador, la diferencia se fue rebajando (48-57), pero el conjunto de Ñete Bohigas le dio la embestida definitiva a la endeble defensa del COB, muy desacertado también en tareas ofensivas.

Una parte del público se marchó antes de acabar el partido y los que se quedaron, lo más penoso, pasaron de todo y ni abroncaron a su equipo. El domingo espera el Palma Air Europa.