El Gran Premio de atletismo que se celebró ayer en las pistas del estadio del campus de Ourense dejó con la miel en los labios a los dos atletas que buscaban marca. En la prueba de los 3.000 metros, Alejandro Fernández acusó el desgaste de correr demasiadas vueltas en solitario, una vez que su liebre, el marroquí Hassan Lekhili, se retiró de forma prematura.

El fondista ourensano tenía la intención de bajar de los 8 minutos y 10 segundos y lo consiguió, al parar el crono en línea de meta en 8.05, pero se quedó con la sensación de que habría podido pulverizar la barrera de los ocho minutos de haber encontrado mayor competencia por el triunfo en la carrera. El limiano Rubén Diz ocupó la segunda posición.

El viento tampoco interfirió, como se temía, en la carrera femenina de los 1.500 metros. Solange Pereira quería bajar de los 4 minutos y 10 para meterse en el bolsillo la marca mínima para el campeonato de Europa y después de una carrera de enorme calidad completó la distancia en 4:11.34, apenas un segundo por encima del billete para la competición continental. Tendrá hasta el campeonato de España que se disputará el 27 de julio para sacarse la espina.

En esta segunda edición del Gran Premio de atletismo que se celebra en el marco de las fiestas de Ourense, las gradas del estadio universitario registraron la afluencia de mucho público para presenciar una competición que reunió a 300 participantes, desde la categoría escolar hasta la sénior, en jornada de mañana y tarde.