El centrocampista Jaime Noguerol personifica los padecimientos que soporta el Ourense en el tramo final de liga. Tras recibir una patada voladora de un central del Avilés, el verinense tuvo que correr una hora con un dolor casi invalidante en la espalda. Como no hay mayor tormento que el de una derrota que amenazaba con echar por tierra el esfuerzo de nueve meses, Noguerol aguantó, marcó y respiró.

Fue un lunes de guardar cama. "Tengo inflamada toda la zona lumbar. Me debió pillar el nervio ciático y ahora no puedo mover la pierna ni agacharme". El jugador asegura que se siente fatal y que el pronóstico augura cinco días difíciles, por lo que mañana, cuando se reanuden los entrenamientos tras 48 horas de tregua, será duda para el encuentro del domingo (18.45 horas) contra el Caudal de Mieres: "A ver si remite, pero ahora mismo tengo que estar quieto".

La victoria sobre el Avilés hizo más reconfortante el reposo. Como a todos los que vieron el partido, a Noguerol se le vino el mundo encima cuando el Ourense dilapidó dos goles de renta: "Con lo que nos cuesta marcar, hacemos el primero rápido de córner, después el 2-0 y dices, menos mal, por fin un partido de cara y tranquilo. Y casi sin tirar a puerta nos hacen tres goles".

Los de Luisito vivieron los 20 minutos más críticos de la liga: "Desde su tercer gol hasta el empate no era partido. La sensación era rarísima, todo el mundo estaba en estado de shock. Queríamos pero no había manera de entrar porque además ellos se metieron muy atrás. Estábamos un poco desnortados, pero es normal porque veíamos que nos metíamos en un lío máximo".

El gol que hizo la luz salió de las botas de Yebra. Óscar bajó el balón a tierra rodeado de enemigos y Noguerol cazó al vuelo el rebote: "Con un poco de suerte llegó el 3-3 y sinceramente en ese momento lo vi ganado". El Avilés estaba fundido en la hora H y el Ourense, aunque castigado, fue más fuerte: "Hay jugadores con muchos minutos que están al límite. No dan las piernas y no puedes cargar durante la semana, pero físicamente llegamos mejor que los contrarios, eso lo notas". Con ese vigor se ahuyentaron todas las dinámicas perversas y el miedo al futuro.