Entre mes y medio y dos meses. Ese es el tiempo estimado de recuperación que necesitará Andrés Bacelar para regresar a las pistas con el Servi-Auto Bueu Atlético, por lo que el jugador no podrá actuar con normalidad hasta 2017. El análisis de las pruebas médicas ha determinado que el edema óseo que sufre precisará de algo más de tiempo del previsto inicialmente, al tratarse de una lesión no tan grave como complicada a la hora de recuperar.

Aunque las recomendaciones médicas permitirían al central buenense disputar 5-10 minutos por partido sin que eso afecte a la curación de su dolencia, Irene Vilaboa sopesa si utilizarlo o bien darle descanso absoluto. En todo caso, no podrá contar con uno de sus efectivos hasta la segunda vuelta de la competición, lo que le deja especialmente castigada la primera línea. Brais, Mauro y Lluque son los únicos ocupantes natos de esa posición, con la ayuda puntual del polivalente Moncho. Por eso no es descartable que la entrenadora de los de O Morrazo improvise con algún otro jugador ante la ausencia de posibilidades interesantes en el mercado.

"Tenemos juego suficiente para poder disputar los partidos a cualquiera, pero estamos muy limitados en número", afirma Vilaboa, que añade que la ausencia de primeras líneas y de lanzadores influye incluso en el rendimiento defensivo de los suyos. "Nos está costando defender porque no tenemos lanzadores en los entrenamientos y nos falta ajustar la distancia en ocasiones. Entrenamos defendiendo solo a fintadores y eso nos limita".

La preparadora del conjunto buenense se mostró muy satisfecha de la imagen ofrecida por su equipo en Chapela a pesar de la derrota. "Estuvimos bastante bien pero llega un momento en el que pesa el cansancio porque somos los que somos", asegura. Además, ante la escuadra de Fran Teixeira se dio otra circunstancia. Y es que un equipo que se estaba mostrando infalible desde los siete metros falló cinco, la mitad de los que lanzó en la cancha chapeleira. El domingo los buenenses se enfrentan a domicilio al Seis do Nadal.