Media vida, 17 de sus 34 años, es lo que ha dedicado Alberto Juncal, "Berto", a la Agrupación Deportiva Fútbol Sala Bueu. El último exponente de aquella vieja guardia a la que pertenecían los Putxas, Mara, Torres, Fran, Luismi o Edu se echa a un lado para no frenar la progresión de unos canteranos que llegan pidiendo paso.

- Supongo que después de tantos años, retirarse ha sido un paso difícil. ¿Por qué lo ha decidido?

- No hay razones de peso porque físicamente me encuentro con fuerzas y podría estar jugando un par de años más. Pero hay un cambio generacional, con gente buena que sube de juveniles y hay que darles paso. Además, es preferible dejarlo cuando uno aún se encuentra a buen nivel. Los otros dos porteros han rendido bien y creo que no voy a aportar mucho más al equipo.

- Lo hace después de un año bastante complicado.

- Cierto. Se dieron temas internos que no deberían darse y los resultados no acompañaron. El fútbol sala es un estado de ánimo. Si los resultados se dan todo va bien y si las cosas se tuercen es difícil enderezarlas.

- Cierto, porque otros años la plantilla parecía más justa, pero en éste se veía un buen equipo.

- Este año individualmente era una de las dos mejores plantillas de los últimos años, pero como equipo no se supo acoplar. Y si no se trabaja como equipo no puedes aspirar a nada. La temporada que estábamos luchando por el primer puesto solo teníamos a Luismi y a Edu pero el grupo era muy bueno.

- Parece claro que seguirá vinculado al club a nivel técnico o colaborando.

- Claro, cómo no! Ahora estaba entrenando a los prebenjamines y en el futuro, si puedo, quiero seguir entrenando y ayudando a la directiva.

- Ha vivido una gran transición en los últimos años, con la eclosión de los Nacho, Roma, Rodri, Rafa o Adri.

- Me han tocado muchas transiciones, incluso con mi llegada al club. Después llegó el momento de asentarse y llegaron los jóvenes. En aquellos años estábamos Torres, Fran, Esteban y yo, gente que veíamos el fútbol sala como grupo. Y arropábamos a la gente joven porque aquello era sinónimo de que el equipo iba a ir hacia arriba.

- En estos años se ha creado una estructura de cantera para que ahora lleguen generaciones formadas desde muy pequeños en el club.

- Cuando empecé la escuela tenía solo hasta alevines y ahora con Toño, David y Rodri y esta generación ya se ha cerrado el ciclo desde abajo hasta seniors. Es complicado competir con otros deportes, porque no podemos ofrecer nada más que un trato familiar, pero nadie trata mejor a los niños que nosotros. Económicamente no hay un duro, pero intentamos dar todo tipo de facilidades. Fomentar la cantera es nuestra apuesta y si de cada generación aprovechamos un par de jugadores, perfecto, y si vienen Santiago o Azkar a llevarse alguno, bienvenido sea.

- Dicen de usted tanto gente del club como de equipos rivales que si no hubiese sido por su estatura habría llegado más arriba.

- Puede ser. Solo estuve un año en Primera A con el Hermanos Barbeito y el nivel era tan impresionante que me decía "tú aquí no pintas nada". Lo único que yo eché de menos todos estos años fue el tener un entrenador específico de porteros, porque todo lo que hice lo aprendí por mi cuenta.

- Ha estado jugando incluso con una rotura de ligamentos.

- Desde hace al menos 13 años. En el año 2000 me lesioné en la rodilla, rompí el menisco y cuando me operaron me dijeron que tenía el ligamento cruzado roto. El médico me mandó dejar el deporte así que me fui a varios fisioterapeutas que me mandaron fortalecer la rodilla. Y hasta ahora.

- ¿Cuál es su mejor recuerdo de estos años?

- El día de la despedida. Fue impresionante Ver la pista y el banquillo y estar rodeado de gente joven. Me llenó saber que me voy y queda la gente joven. Me mantearon, los prebenjamines que entreno me entregaron un recuerdo... Fue, sin duda, el mejor momento posible para retirarme.