El Frigoríficos del Morrazo cayó ante el Ademar de León en un encuentro en el que soñó con dar la campanada prácticamente hasta el último suspiro. En uno de sus encuentros más serios de la temporada a domicilio, los hombres dirigidos por Víctor García, "Pillo", estuvieron a punto de doblegar a un cuadro local que en muchos momentos del partido se vio incapaz de poder doblegar a un batallador equipo cangués que viajó con solamente 12 jugadores y que apenas pudo disponer cinco minutos de Adrián Rosales, aquejado de problemas en uno de sus hombros.

Sin presión por el resultado habida cuenta de la teórica superioridad leonesa, los cangueses entraron cómodos al encuentro y apenas permitieron alguna ventaja a su rival. Levente machacaba desde los 9 metros y hacía pleno para dar la primera renta a los suyos (3-4, minuto 6). Manolo Cadenas se veía obligado a pedir su primer tiempo muerto un minuto después. De poco sirvió, porque el 6.0 del Frigoríficos era una barrera casi infranqueable ante un Ademar carente de ideas. Por si fuera poco, Santana se erigía en protagonista con unos extraordinarios porcentajes bajo palos, superando de largo el 40 por ciento de efectividad.

El Cangas estiraba el marcador (6-9, 8-11) a pesar de que los colegiados se mostraban extremadamente quisquillosos en las señalizaciones de pasivo, castigando a los visitantes. Los leoneses explotaron una superioridad para acercarse en el electrónico (10-11) pero Levente dejaba el 10-12 al paso por vestuarios.

En la reanudación Amarelle devolvía la máxima ventaja a los suyos (10-13) antes de que al Frigoríficos se le escapase el partido de las manos. El Ademar sacó partido de las exclusiones y se anotó un parcial de 5-0 que le dio el mando del choque (15-13). Por entonces, el Cangas ya sufría para elaborar sus ataques y el arbitraje se cebaba con él, impidiendo que crease juego con constantes apercibimientos de pasivo. Aún así el Cangas no le perdió la cara al duelo (16-15, minuto 40, 19-17, minuto 50) a pesar de que le costaba todo un mundo encontrar la portería de un Malumbres que rivalizaba en aciertos con Santana.

El Ademar estiró la goma todo lo que pudo (21-17) pero el Frigoríficos nunca le perdió la cara al duelo (22-20) aunque acabó sucumbiendo ante la evidencia (23-20).