El pasado fin de semana tres directivos anunciaron su intención de abandonar el grupo que encabeza Rocío García como presidenta, con su hermano José como mano derecha y responsable de la parcela deportiva. El motivo de su dimisión era su desacuerdo con las últimas decisiones tomadas, en especial en todo lo relacionado con el acuerdo de filialidad firmado con el Compostela. Estos directivos se han encontrado en sus protestas y quejas con otros que ya habían abandonado la entidad con anterioridad. Desde el grupo creado lamentaron el proceder de la junta directiva y abrieron la posibilidad de hacerse cargo de la entidad para subsanar los problemas que arrastra. Para ello pidieron la salida del club de la familia García, señalándolos como los grandes culpables de la precaria situación económica y social que atraviesa la entidad en estos momentos. Desde esta autodenominada "plataforma" apuntaron que estarían dispuestos a dar el paso de coger las riendas del club como gestora en cualquier momento, convocando elecciones a final de temporada. Explicaron entre otras cosas que el club adeuda salarios a los jugadores y carece de margen para encontrar fondos para asumir los altos gastos salariales que tiene después de perder a la práctica totalidad de la directiva ahora saliente y dimisionaria.