El Estudiantil encajó ayer su primera derrota de la temporada en San Martiño y lo hizo dejando una pobre imagen. Los de Raviña fueron muy inferiores a un serio Arteixo, que tuvo además la fortuna de aprovechar sus primeras ocasiones. Con ventaja en el marcador y con las ideas muy claras, los visitantes dominaron a un Estudiantil que dejó muchos interrogantes.

El choque estuvo marcado en gran medida por el tanto inicial de Chechu cuando solo había transcurrido un minuto. Una sucesión de errores de los jugadores locales -errores que se repetirían hasta la desesperación durante los noventa minutos- terminaron regalando al Arteixo un saque de banda en posiciones ofensivas cuando ni siquiera habían logrado tocar el balón. El regalo y la indolencia de la zaga local en el saque lo aprovecharon los visitantes para adelantarse en el marcador con un disparo desde la frontal.

Tras el tanto, al Estudiantil no le quedó más remedio que estirarse en busca de la igualada. Los locales tenían ante sí el peor escenario posible, con un rival veterano y bien plantado sobre el campo y la obligación de atacar. En esta situación, a los de Raviña les tocó sufrir. Sus imprecisiones les impidieron generar fútbol y solo los destellos de calidad de Brais Calvo y la lucha sin cuartel de Chiño en punta de ataque hacían soñar con la igualada. Sus dos mejores ocasiones llegaron en disparos lejanos de Brais, el primero en una falta y el segundo tras controlar en la frontal. En ambos casos se encontró con una buena respuesta de Manu.

El partido quedaría sin embargo decidido antes del descanso. El encargado de matarlo fue Pesco, quien anotó un precioso tanto por encima de Lucas Díaz tras cazar una volea a 35 metros de la portería. El balón se coló en la escuadra tras superar por encima al portero.

Tras la reanudación las ocasiones comenzaron a sucederse a favor de un Arteixo que encontró más huecos y que generó peligro en las jugadas a balón parado. El Estudiantil dio la sensación de bajar los brazos demasiado pronto y su desidia la castigó el Arteixo con el tercer y definitivo tanto, obra de Carlocho en un saque de córner. De ahí al final, los visitantes se limitaron a controlar a un inoperante rival e incluso pudieron ampliar su renta si Marcos Suárez estuviese más acertado.