El tercer proyecto de la etapa de Edu Charlín al frente del Céltiga comenzó con muy buenas expectativas. El equipo se remodeló por completo y se reforzó con jugadores de nivel que abrían la puerta a una salvación nada agónica, como la que ocurrió la campaña pasada. Sin embargo, pronto se torcieron las cosas y, tras cinco derrotas consecutivas, Edu Charlín decidía dimitir tras perder con el Ribadumia.

Su sustituto fue un viejo conocido de la casa, Manolo Núñez, que, aunque ha conseguido mejorar los números de su antecesor, no ha logrado ocultar las lagunas de un equipo peleado con el gol y con bastantes problemas defensivos, dos circunstancias que debe mejorar en la segunda vuelta.