El Rápido de Bouzas continúa rompiendo moldes. Los adjetivos se han terminado y describir lo que está haciendo el equipo en esta su primera temporada en Segunda B resulta cada semana más complicado.

A pesar de lo corto del resultado, vigueses y castellano-manchegos lograron sobreponerse a la adversa meteorología que azotó ayer tarde el Baltasar Pujales. Borja Jiménez trató de frenar al cuadro toledano colocando a Carlitos y Kaxe como jugadores más adelantados, pero el proyecto no terminaba de cuajar. Los balones divididos no caían del lado aurinegro, con lo que no se lograban las recuperaciones ni se generaban ocasiones. Solamente un robo de Kaxe, a los doce minutos de juego, generó una clara oportunidad que desbarató un defensa cuando el delantero vasco se disponía a disparar.

Jiménez se dio cuenta de la carencia y optó por meter a Pedro más cerca de los dos jugadores más adelantados, y la situación cambió para bien. El equipo parecía más conexionado, se recuperaban más balones y se llegaba con más asiduidad al área toledana. De hecho, la mejor ocasión de los primeros cuarenta y cinco minutos llegó a un minuto para el descanso, cuando Carlitos Pereira saca un córner y en el área pequeña Pedro remata de cabeza. Cuando todo el mundo cantaba el gol, apareció una mano de Alcolea, que logró desviar el balón a córner. Fue la ocasión más importante de los vigueses, pero los toledanos también tuvieron la suya a los dieciocho minutos de juego, cuando un disparo lejano de Charly obliga a Brais a intervenir con mucho acierto con una espectacular parada.

Parecía que el Toledo quería estirarse al comienzo de la segunda parte, pero el Rápido no tardó mucho tiempo en decir lo contrario. Las buenas sensaciones que había dejado el equipo en los minutos finales del primer tiempo tenían su continuación tras el paso por el vestuario, y el Rápido tomó las riendas del partido.

De hecho, en los mejores minutos llegó el tanto del partido. Una buena combinación entre Carlitos Pereira y Caballero deja a este solo ante Alcolea, al que bate con un potente disparo. Y eso, tal y como reconoció el propio jugador, que no le vino a la pierna buena.

Como no podía ser de otra manera, el Toledo reaccionó moviendo el banquillo y refrescando las bandas, pero la idea no surtió efecto, y es que no hay que olvidarse de que el Rápido de Bouzas es el equipo que menos goles ha encajado, por lo que su trabajo defensivo es excelente. De hecho, el juego del Toledo se estrellaba una y otra vez contra la ordenada defensa viguesa.

Esta circunstancia también permitió que el Rápido de Bouzas tratara de salir con velocidad a la contra. Jiménez refrescó el ataque con la entrada de Adrián Rodríguez, en sustitución de Carlitos, que estaba agotado. El problema era que ninguno de los contragolpes lograba finalizar en gol, y con un marcador tan apretado llegar a los minutos finales así era arriesgado. No obstante la situación no cambió, y los vigueses sumaron la decimotercera jornada consecutiva sin conocer la derrota.