Es difícil que María Bernabéu pueda estar mucho tiempo sentada. Es dinámica. Lo puede decir Carlos Montero, su entrenador desde que la descubrió con doce años. Disciplinada y también con carácter para afrontar la competición, esagradecida. "Si no llega a ser por vosotros (los componentes del judo gallego en su totalidad), no estaría aquí". La frase la ha pronunciado varias veces. La deportista se reafirma. Su quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, cuando era candidata a lograr una medalla, provocó dudas en su continuidad. "Algo hacía reflexionar en negativo. Pero muchos me dijeron que lo hiciera en positivo. He encontrado un apoyo que no podía imaginar. Y fue aquí en Galicia. Sinceramente, me reactivaron", afirma con una sonrisa.

Fue en 2012 cuando se incorporó al Famu de Frutos, el club vigués más importante de Galicia. Por historial y número de deportistas y con el que llevaba varios años de relación y amistad. María Bernabéu encajó en el grupo. Mucho tuvo que ver Mario Muzas. "Ya la conocíamos. Sabíamos como era. Una persona excepcional dentro y fuera del tatami. Ayuda en todo lo que puede. Es un tesoro tenerla con nosotros", afirma el presidente.

Y ella le corresponde. "En Galicia he encontrado un lugar diferente a los demás. Aquí todos luchan por el mismo objetivo de mejorar y hay una unión increíble", afirma. Su segunda medalla mundialista fue trabajada desde la constancia. Ni una lesión de menisco le impidió competir. "Tenía que estar allí. Por lo menos intentarlo. No salió del todo mal", señala. La frase se pude aplicar a Carlos Montero, el que guía sus pasos desde muy joven.

María Bernabéu ha sido la única judoka española que ha ganado dos medallas mundialistas en la última década junto a Ana Carrascosa (2009-2011), la judoka valenciana que se ha incorporado a Galicia como técnica tras retirarse en 2012. "El nivel internacional es alto", resalta. Un logro al alcance de pocos. Campeona de España ocho veces, también tiene en mente otra desafío: "Me gustaría ganar un Campeonato de Europa. Todavía no lo he logrado".

Su preparación, aunque en la actualidad se encuentra de "minivacaciones", es intensa. Este año estuvo dos veces en Japón, junto a otros gallegos, y descubrió un nuevo paisaje en el mundo del judo. Ese país es la cuna de este deporte. Y allí se van a celebrar los próximos Juegos Olímpicos. "Bueno. Queda mucho. Hay otras cosas antes", replica. También forma parte del grupo de deportistas de élite del Centro de Tecnificación de Pontevedra. Allí también encuentra un magnífico ambiente.

Quedó demostrado en el acto de homenaje que se desarrolló la semana pasada con la presencia de muchos entrenadores y más de doscientos judokas de todas las categorías, además de los representantes de varias instituciones públicas. "Me habéis emocionado", dijo en repetidas veces. Lloró, al igual que Carlos Montero, cuando se le ovacionó al recordar los buenos momentos que vivió en el Mundial de Hungría y al ensalzar su figura. "Vosotros habéis conseguido que sea más fuerte", dijo. Uno de los detalles más importantes es que animó a todos "a seguir trabajando. Siempre hay tiempo para mejorar, para creer que se puede llegar al objetivo propuesto". Unas palabras que repitió varias veces.

María Bernabéu ha confirmado que todavía tiene "un largo camino por recorrer". Aquellos que la conocen en profundidad destacan también su capacidad para superar situaciones complicadas. Su técnica y sobre todo el "calor emocional" que ha recibido en Galicia suponen para ella un estímulo cargado de simbolismo.