Es sabido por todos que Luis Enrique no es un tipo simpático. Y también que siente animadversión por los periodistas. Esto es algo público y notorio. Tras su llegada a Vigo en el verano de 2013 reconoció que si de él dependiese no ofrecería ruedas de prensa ante los medios de comunicación. Durante todo ese tiempo no concedió ni una sola entrevista y procuró alejarse al máximo de los focos. Siempre se ha sentido muchísimo más feliz sobre una bici o corriendo que ante los micrófonos. Su actitud ha sido la misma en Barcelona, aunque dulcificada por la llegada de numerosos títulos. Pero ahora el técnico asturiano vive sus horas más tensas con los medios desde que cogió las riendas culés. Su penúltimo enfrentamiento con el gremio llegó tras la aplastante derrota que sufrió su equipo el pasado martes ante el PSG (4-0) y que le deja a un paso de la eliminación. Ya en zona mixta, el entrenador blaugrana se encaró con Jordi Grau, de TV3, a quien le recriminó el tono empleado en las preguntas. Alguna periodista llegó a asegurar que fue testigo de cómo Luis Enrique se intentaba abalanzar sobre Grau terminada la entrevista y tuvo que ser retenido por tres personas. Grau negaría posteriormente esta versión.

Hoy, en la habitual rueda de prensa prepartido, "Lucho" volvió a mostrar su versión más arrogante ante los periodistas. "Me afectan cero las críticas. Si no, no podría estar aquí sentado. En cuanto a lo que forma parte de este circo... Por fortuna, hay una distancia considerable entre vosotros [dirigiéndose a los periodistas] y mi persona", espetó a los allí presentes tras ser preguntado sobre si se sentía cuestionado tras los últimos fiascos. Interrogado sobre si las declaraciones de algunos de sus jugadores poniendo en tela de juicio la táctica desplegada en París, el técnico asturiano volvió a la carga. "No os escucho nunca, imagínate después de un partido como el del martes".

Esa actitud, agresiva y displicente, con los periodistas recuerda mucho a la que mantuvo el portugués José Mourinho durante su etapa como entrenador del Real Madrid. El luso se enzarzó en numerosas ocasiones con la prensa e incluso Antón Meana, por aquel entonces en Radio Marca, denunció que le había encerrado en una habitación junto a sus ayudantes para tratar de amedrentarle. La guerra de "Mou" alcanzó un punto álgido cuando se negó a contestar a varios periodistas por el "plantón" que días antes le habían dado los medios a Aitor Karanka, segundo entrenador del equipo blanco y que en alguna ocasión ocupaba su puesto durante las ruedas de prensa.

Pep Guardiola, entonces entrenador del Barça y hoy del Manchester City, llegó a definir la actitud de Mourinho como la del "puto amo". Hoy parece que alguien muy parecido se sienta en otro banquillo, el blaugrana.