Nemanja Adamovic tiene 13 años y juega en el club Pinkum, en Veliko Gradiste, una pequeña ciudad en la Serbia profunda, cerca de Rumanía, y su sueño es convertirse en una estrella del fútbol internacional.

El joven delantero es solo uno de una veintena de niños serbios que participan esta semana en un campus de talentos organizado por la escuela de fútbol del Celta. "Los entrenamientos exigen mucho esfuerzo. Pero son muy atractivos y se aprende un nuevo enfoque de juego", cuenta el chaval, para quien "el fútbol es todo". Jugadores como Nemanja, que sueña con ser profesional un día, son los que busca el Celta. "Tenemos dos grupos, uno de nueve niños y otro de 12, repartidos por edades. Trabajamos durante cuatro horas por la mañana en cuatro áreas diferentes", explica Diego García Sarabia, monitor del campus.

Se trata la técnica futbolística, la coordinación, la finalización y el espíritu de competición. Los niños tienen entre 9 y 15 años y provienen de esta región agrícola, situada a orillas del río Danubio. El "secreto" de la escuela del Celta es "trabajo, dedicación y cercanía", dijo Sarabia. "Tenemos una línea de trabajo que apuesta por el balón, por el buen juego. Esta filosofía la queremos trasladar también fuera de España", señaló.

Primer equipo

Marcos Alonso Rial, otro entrenador del campus, afirmó que la escuela del Celta"está en uno de sus mejores momentos" gracias al excelente trabajo de su primer equipo. Con los pequeños serbios tratan de buscar un trabajo "dónde se sientan parte importante del juego, donde su capacidad en relación con el balón sea la mayor posible", aseguró el entrenador.

"Para eso buscamos tareas desde globales a más analíticas, pasando por todos los niveles de complejidad" para conseguir que el pequeño jugador "se sienta cómodo con el balón", explicó.

El enlace con Serbia se debe a Milorad Ratkovic, antiguo centrocampista y actual 'ojeador' del Celta. En declaraciones explicó que el campus de Veliko Gradiste "en miniatura, dadas las condiciones meteorológicas", es el inicio de una cooperación que podría continuar en verano.

"Estamos muy contentos porque se ha despertado el interés entre los niños de por aquí por el Celta", manifestó Ratkovic. También Sasa Stevic, responsable del club que lleva el nombre de la ciudad, Veliko Gradiste, aseguró que este es "sólo un primer paso" en la cooperación con el Celta.