El partido de este domingo ante el Betis en el Benito Villamarín será dirigido por un árbitro del que el Celta guarda muy mal recuerdo. Se trata del murciano José María Sánchez Martínez, que pitó por última vez al equipo celeste la pasada temporada en el estadio Gran Canaria. El colegiado castigó con penalti una mano involuntaria de Gustavo Cabral y expulsó por doble amarilla tras una implacable persecución a Fabián Orellana. Las protestas del chileno recogidas en el acta arbitral.costaron posteriormente al jugador celeste una sanción de tres partidos.