La familia del balonmano gallego se reunió en en el Balneario de Mondariz para homenajear al vigués Alejandro López, todo un referente nacional en este deporte. Un hombre que estuvo vinculado, bien como jugador, bien como entrenador, a Frigoríficos, Academia Octavio, Teucro o Chapela; el hombre que llevó al Cangas al sueño de una clasificación europea; el hombre que dirigió a la selección de Galicia en tres ocasiones, y que desafortunadamente falleció en 2010.

Con 51 años, el técnico vigués de nacimiento, y cangués de adopción, fue no solo ejemplo por su trayectoria deportiva, sino también por ser amigo de sus compañeros y de sus amigos que cariñosamente lo conocían por el sobrenombre de "Doctor López". Pocos podían esperar que aquel niño de 9 años que correteaba por el patio de los Maristas se convertiría en un personaje de este deporte en Galicia. Fue el impulso del padre Miguel el que le metió el gusanillo del balonmano, un vicio que ya no lo abandonaría en toda su vida. Maristas, Teucro, SAR, Pilotes Posada y Mercantil fueron sus clubes como jugador. En el salto a los banquillos pasó por Cangas, SAR, Octavio, Chapela, Almería y Melilla. Posteriormente el Cangas llamó a su puerta. Goran Dzokic había sido destituido y Manuel Camiña hizo una nueva intentona para que Alejandro López se sentase en el banquillo de O Gatañal. El técnico, que había rechazado la oferta canguesa en dos ocasiones anteriores, no pudo negarse. Se acababan de sentar las bases de los mejores años del Frigoríficos del Morrazo.

Su amor por el balonmano le hizo abandonar su profesión de médico. Su generosidad, protagonizar jugosas anécdotas. Como cuando llegó a ofrecer parte de su ficha al club para conseguir el fichaje de Akos Kis, o cuando pagó parte del sueldo de un colaborador sin que éste se enterase para seguir contando con sus servicios.

El destino le reservaba el merecido premio. Con una plantilla en la brillaban jugadores como Muratovic, Smigic, Bustos o Xavi Pérez el Cangas alcanzó la clasificación europea. Se había tocado techo. Llovieron las ofertas a los jugadores. El emergente Almería se fijó en él. Dos años de contrato y una oferta simplemente irrechazable. López emprendía una nueva aventura que después lo llevaría a Melilla.

Ahora, tras un tiempo prudente desde su fallecimiento, esta comida reunió a sus antiguos compañeros de dentro y fuera de la pista de juego. Entre ellos el actual presidente de la Federación Española de Balonmano, José Luis Pérez Ouro, o jugadores en activo como el portero Xavi Díaz.