El proceso para el cambio de titularidad del Celta ha quedado aparcado a la espera de que Carlos Mouriño concluya su viaje a México, donde reside su familia. El presidente y máximo accionista del club vigués no tiene previsto regresar a España hasta el próximo 16 de octubre, día de la celebración del partido de Liga entre el equipo vigués y el Villarreal en el estadio de El Madrigal. Hasta esa fecha, nada se moverá en las gestiones iniciadas para la firma de un preacuerdo de venta del Celta a un holding chino. Tampoco acaban de concretarse las negociaciones para adquirir las acciones de Fernando Baiano por parte del vicepresidente céltico Ricardo Barros. El exfutbolista brasileño continúa en Vigo, pero cuestiones relacionadas con la documentación impiden cerrar el acuerdo del traspaso de los diez mil títulos que posee el que fuera jugador del Celta la pasada década.

A los vicepresidentes Ricardo Barros y Pedro Posada les corresponde en esta ocasión ejercer como máximos responsables de la expedición del Celta que seguramente el mismo domingo 16 de octubre viaje en vuelo chárter hasta Villarreal. Allí se encontrarán con Carlos Mouriño. El presidente céltico tiene previsto apurar hasta el último momento su estancia en tierras mexicanas, donde medita con sus hijos el futuro de la entidad deportiva de la que posee el 52,6 por ciento de las acciones.

Desde que el lunes pasado se produjese la visita a Vigo de una delegación del holding chino que está interesado en adquirir el Celta, en la que visitaron las instalaciones deportivas de A Madroa y las obras de la nueva sede social del club en la calle del Príncipe, nada ha avanzado en la negociación para cerrar el preacuerdo de compra de las acciones de Carlos Mouriño.

El presidente céltico viajó al día siguiente hacia México para reencontrarse con su familia, aprovechando el paréntesis de quince días sin Liga. Ya en casa, Mouriño ha seguido analizando la operación de la posible venta del club con sus dos hijos, que se encuentran al frente del importante grupo empresarial que el dirigente del Celta posee en tierras americanas.

Con el principal accionista del Celta lejos de la ciudad, las negociaciones con el holding chino se han ralentizado y es casi seguro que esta situación se prolongue hasta mediados de octubre. El lunes 17, el equipo vigués se encontrará de nuevo en Vigo para preparar el partido que tres días después afrontará ante el Ajax en Balaídos. Hasta entonces, Carlos Mouriño analizará la situación creada desde que el pasado 9 de septiembre abrió el proceso de relevo al frente del Celta.

Ese día apuntó tres alternativas para el futuro del club. Dos de ellas, que su familia se hiciese cargo del club o contratar a un presidente ejecutivo, apenas tuvieron recorrido. A continuación, toda la atención la acaparó la posible venta del club a un grupo chino.