"La primera vez que me tiré me fui al fondo. Era una piedra", confiesa Roque Ávila. Pero eso fue hace cinco años. Hoy se prepara para disputar el último fin de semana de mayo el Campeonato de Europa Máster de natación en la piscina olímpica de Londres. Lo hará junto a Óscar Soto, su "primo" (en realidad es primo hermano de su mujer). Ambos pertenecen desde hace un par de años al Real Club Náutico de Vigo, aunque sus caminos en la natación son bien dispares.

Naturales los dos de Buenos Aires llegaron hace casi 15 años a Vigo. "Ahora somos de aquí, nos tienen que echar para que nos vayamos", bromea Soto, cuyo vínculo con la piscina se inició cuando era un niño. Roque Ávila, por su parte, llegó más tarde, casi por prescripción médica. Después de retirarse del fútbol profesional (ganó la Copa Intercontinental con Vélez Sarsfield) en Argentina, una gravísima lesión de rodilla marcó su camino hacia la pecera. Uno llegó por vocación y el otro, por casualidad. "Lo mío es por aburrimiento. Llevo nadando desde los ocho años y mejoro por cansancio, no por talento", continúa bromeando Soto, que apadrinó a Roque Ávila en sus inicios.

Ahora, juntos, se disponen a vivir la que será su mejor experiencia deportiva en la natación. "Van a ser cinco días de lujo, estamos muy ilusionados por competir en la piscina olímpica de Londres", confiesa Soto, que competirá en la categoría máster 45-49 años y nadará en las pruebas de 100 y 200 braza. Ávila (apodado como "Tucu" en su etapa futbolística en Vélez) nadará las de 50 y 100 libres en la categoría de 40 a 45 años.

"Para mí, que llevo cinco años nadando, es un premio y un orgullo estar en el Europeo", anuncia Ávila. "Ya soy ganador", prosigue. "El realmente importante es Óscar Soto, que posee actualmente todos los récords gallegos en 50, 100 y 200 braza, y está dentro de los diez o quince mejores de Europa. En España es el número uno de su categoría", subraya el "Tucu".

"Yo creo que podría estar entre los diez o los quince primeros, pero los tiempos hay que hacerlos ahí en el momento, no hay nada escrito", subraya Soto, que tiene la doble nacionalidad argentina y portuguesa, aunque compite por el Náutico de Vigo. Su primo se conforma "con disfrutar de la experiencia" y le desea todo el éxito posible a su compañero de entrenamientos y expedición. "Ojalá que Óscar haga una buena competición; si está bien, porque estuvo mal y estuvo dos meses sin poder entrenar; pensó incluso que no podría ir. Por suerte ya lleva tres semanas entrenando", apunta Ávila, orgulloso de defender los colores de España en Londres. "España fue la que me enseñó este deporte. Si me dices en fútbol, pues Argentina, pero la natación a mí me la dio España y me hace mucha ilusión nadar por España", apunta.

Ambos coinciden en compartir el éxito de su clasificación con sus entrenadores, los culpables de que ahora formen parte del Náutico de Vigo. "Nos cambiamos aquí cuando supimos que ellos se harían cargo de la sección de natación", indican. "Iria Varela y Sergio Silva tienen una profesionalidad increíble y si no fuera por ellos no seríamos nada. Gracias a ellos tenemos el nivel que tenemos, por su seriedad y por cómo nos entrenan. Es fundamental tener unos entrenadores que sean exigentes, serios, para poder ir superando tiempos", apuntan.

Seis días semanales de duros entrenamientos en la piscina, con tres días de gimnasio añadidos, son la rutina de dos nadadores que compaginan el deporte con el trabajo. Ávila se dedica a la hostelería y Soto es farmacéutico. Pero en sus trabajos han encontrado facilidades para poder entrenar y acudir a Londres sin problemas. El desplazamiento hasta allí y la estancia corren de su cuenta. Serán cerca de 1.000 euros cada uno lo que tendrán que desembolsar para nadar en la misma pecera en la que una semana antes lo hará Mireia Belmonte o María Vilas.