Le ocurrió al Celta cuando se estrenó el nuevo San Mamés, acto en el que el celtismo no pudo acompañar a su equipo porque faltaba por construir una grada del estadio bilbaíno y el club rojiblanco incluso tenía problemas para dar cabida a todos sus abonados en el nuevo recinto deportivo. En el primer partido de Liga en el nuevo San Mamés, el equipo entrenado entonces por Luis Enrique Martínez no contó con ningún seguidor en las gradas, que sí acogieron centenares de aficionados del Celta en visitas posteriores a la Catedral del siglo XXI.

Parecidas circunstancias se vivieron hace poco más de un lustro durante la reconstrucción de El Molinón.

Ahora le toca al Celta, que se ha puesto en manos del Concello para que reconstruya el vestusto estadio municipal del Val do Fragoso. El derribo de la grada de Preferencia obligó al club a reubicar a los socios de esa zona del estadio.

Por ello, el Celta dispone de poco más de 2.000 entradas para poner a la venta en taquilla. Ese cupo aumenta en los partidos declarados como "día del club": Dépor, Real Madrid y Barça. En la visita de esos tres equipos a Balaídos se suspenden los convenio de colaboración del Celta con entidades diversas, que en esas tres jornadas de Liga no disponen de las entradas gratuitas que reciben el resto del curso.

Así, el Celta podrá contar con 630 entradas para cuando el Deportivo visite Balaídos. En cambio, ante el partido contra el Sporting, el club celeste solamente dispone de 200 boletos, los que rechazó la directiva del conjunto asturiano.