El Celta juvenil continúa dando pasos para llegar a la zona alta de la clasificación, aunque esta vez ha sido con un susto de campeonato, paciencia y acierto ante la portería contraria.

Y es que cuando el Celta llegó al campo y cada jugador se colocaba en su posición, el equipo ya había encajado dos goles, minuto cuatro de partido, con lo que las cosas se complicaban ya de salida.

Los santanderinos se encontraron con una situación que ni se les pasaba por la imaginación, por lo que optaron por cerrar filas delante de su portero. Evidentemente fue una gran equivocación, ya que con todo el partido por delante, y con la calidad que tiene el equipo céltico de medio campo hacia adelante, no quedaba más que esperar que llegara. Lo cierto es que el tanto tardó en llegar, pues Brais marcó el primer tanto a media hora para la finalización del encuentro.

El tanto deshizo a los cántabros, que a partir de ese momento fueron un mano de nervios, lo que se aprovechó el cuadro vigués para igualar el encuentro cuatro minutos más tarde.

A partir de ese momento el Atlético Perines fue un juguete a manos de los célticos, que de nuevo cuatro minutos más tarde marcaba el tercer tanto. El Perines había entregado el partido y de ello se aprovechó el Celta, que todavía marcó dos goles más.

El próximo fin de semana los vigueses reciben al Val Miñor en el derbi de la Mancomunidad.