Cristiano Ronaldo marcó un nuevo hito en su carrera el miércoles en el partido de la Liga de Campeones ante el Malmoe. Con los dos goles que consiguió, los únicos del encuentro, suma ya 323 con el Madrid, los mismos que Raúl -hay quien le adjudica uno más, con lo que superaría al delantero español, marcado en Anoeta ante la Real Sociedad, pero como su autor figura oficialmente Pepe, al desviar significativamente el balón en un lanzamiento de falta del portugués-, con el añadido de haber necesitado muchísimos menos partidos para alcanzar tan prodigiosa marca. Y por si fuera poco, los dos goles del miércoles le permiten superar los 500 goles en su carrera profesional (repartida entre el Sporting de Lisboa, el Manchester United y la selección de Portugal). En 501 ha colocado la cifra el delantero de Madeira a la espera de prolongar si puede este fin de semana en el Vicente Calderón su cuenta anotadora. Una absoluta bestialidad de quien ahora mismo también es el máximo goleador de la historia de la Liga de Campeones y que persigue a Messi para ser el mejor goleador de la historia de la Liga española. Ahí aún queda mucha carrera.

Para la historia queda lo que dijo Fernando Hierro de Raúl, que era un Ferrari que los acabaría pasando a todos, cuando el delantero aún estaba en los albores de su carrera en el primer equipo. No se equivocó el defensa. Raúl acabó superando a glorias del equipo blanco que parecían inalcanzables, como Di Stéfano o Puskas. El atacante español acaparó las mejores marcas goleadoras.

De nuevo parecía que estos números sí que serían imbatibles. Pero primero Villa, en la selección española, y ahora Cristiano Ronaldo en el club, han empequeñecido al atacante madrileño, que en su día fue ejemplo de acierto y voracidad goleadoras. Raúl no tenía problemas para dejar su huella de su éxito ante cualquiera que fuese el rival. No había habido un delantero en España capaz de conseguir unas cifras absolutas tan espectaculares. Pero todo eso ha pasado a la historia o está a punto de hacerlo, por lo que se refiere a la condición de máximo goleador histórico del Madrid.

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Si Raúl era un Ferrari habría que ver a qué coche equiparía Hierro a Cristiano Ronaldo. El portugués acumula números de otros tiempos, cuando los delanteros se hinchaban a meter goles ante rivales que sólo jugaban con dos o tres defensas. Sus hazañas son tan impresionantes que la mejor medida la da la media de goles, superior a uno por partido en el caso del Madrid, una media que no tiene ni Puskas, que era como si tuviese un cañón en su pierna izquierda.

El portugués tiene un mérito extraordinario, haberse aupado a la cima de los goleadores en unos tiempos en los que no hay tantas diferencias entre los jugadores y en la que los sistemas condicionan en muchos casos de forma muy relevante el rendimiento individual. Cristiano Ronaldo se ha colocado por encima de individuos y de sistemas. Es el goleador total.