Eduardo Berizzo no oculta su decepción por "haber desperdiciado un partido" que tenían ganado 3-1 "contra diez jugadores", en un encuentro en el que el conjunto gallego empató 3-3 ante Las Palmas, en inferioridad por expulsión del portero Javi Varas, desde el minuto diez.

"Si soy sincero, hasta pudimos haber perdido. Es un resultado malo. Contra diez no controlamos el partido", manifiesta el técnico argentino en su comparecencia ante los medios de comunicación. "Los goles que recibimos son consecuencia de pérdidas innecesarias de balón. No tuvimos frescura en la circulación de la pelota, nos dejamos contagiar por las urgencias y las prisas. La sensación era de inseguridad", explica Berizzo.

El preparador celeste se muestra contrariado porque, con sus errores, el Celta "metió al rival en el partido" y porque sus cambios "no ayudaron a ganar, sino a partir todavía más el equipo". El 'Toto' hace autocrítica: "Este mal partido también es una gran responsabilidad mía. Los cambios no funcionaron. Partí el equipo. Hay que aprender de lo que sucedió. Las prisas o la poca claridad en ataque nos llevó a jugar todos de espaldas y cada pérdida de pelota era un contragolpe peligroso del rival, que ha tenido el mérito de jugar con oficio."

Berizzo, no obstante, no cree que el empate del Celta le pase factura anímica a su equipo, pese a jugar ochenta minutos en superioridad y malgastar una ventaja de dos goles en el marcador. "La próxima jornada -contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán- es una oportunidad de rehabilitación. No podemos caer en un nerviosismo que conlleve inseguridad a todos, a jugadores y entrenador", concluye.