El partido entre el Atlético de Madrid y el Deportivo nunca debió empezar. Los dirigentes de los principales organismos del fútbol español justificaban que el encuentro se disputase, aunque la Liga del Fútbol Profesional (LFP), organismo encargado de la organización del campeonato, aseguró inicialmente en una nota oficial que su primera intención había sido la de suspender el encuentro. "La LFP ha sido firme en su intención de suspender la disputa del encuentro sin que haya sido posible". La justificación que encontraron desde la patronal del fútbol español es que no fueron capaces de localizar a ningún representante de la Federación Española de Fútbol (FEF), de que quien dependen directamente los árbitros.

El secretario general de la FEF, Jorge Pérez, respondió al máximo mandatario de la patronal de los clubes que ellos se habían enterado de la gravedad de la reyerta con escaso margen de tiempo para suspender el encuentro. "Once minutos antes del inicio del Atlético Madrid-Deportivo, Victoriano Sánchez Arminio (presidente del Comité Técnico de Árbitros) recibió una llamada de la Liga de Fútbol Profesional y otra del colegiado del partido. Se lo comunicó a un miembro de la RFEF y, al estar el estadio lleno y quedar poco tiempo, por motivos de seguridad y de orden público, se consideró que podía ser contraproducente suspenderlo", explicó el secretario general de la FEF. Motivos de seguridad, falta de tiempo, incluso otro argumento de menos peso, como el que expuso Tebas en los micrófonos de la COPE: "Ha venido a pegarse. Si hubiese sido un aficionado normal que viene a ver a su equipo, hubiéramos suspendido la jornada".