La afición está consiguiendo que el Celta mantenga la esperanza por evitar el descenso a Segunda, para lo que está obligado a ganar los tres partidos que le restan y esperar a que alguno de sus cinco rivales directos tropiece. "El equipo no tiene derecho a rendirse", proclama Borja Oubiña, el capitán del equipo vigués, tras la dolorosa derrota ante el Atlético de Madrid.

"Hay que aguantar, sacrificarse y luchar hasta el final, no queda otra. Hay mucha gente que está convencida de que todavía hay opciones y hay que apurarlas hasta el final. Este equipo no se va a rendir ni tiene derecho a rendirse. Hasta que no acabe la temporada, el equipo no va a bajar los brazos", confiesa Oubiña, después de recordar la gran despedida que le dio la afición al equipo tras la derrota del miércoles que le deja al borde del precipicio.

En su intervención en la sala de prensa de A Madroa tras concluir el entrenamiento, el centrocampista vigués insiste en el compromiso del equipo con sus seguidores. "Desde que acabó el partido, la gente está súper mentalizada de intentar hacer las cosas bien el domingo ante el Betis y traer los tres puntos para seguir con vida hasta el final". "Evidentemente, la situación no es buena, pero el deporte es caerse y levantarse. Si hay alguien que se merece que sigamos trabajando hasta el final es la afición".

Oubiña admite la superioridad que mostró el Atlético de Madrid en su comparecencia en Balaídos. "En la primera parte, estuvimos bien pero la sensación era de que no éramos capaces de hacerle mucho daño porque es un equipo que juega muy parado, que es muy sólido y agresivo. Se puede perder pero hay que estar los noventa minutos concentrados, no podemos permitirnos bajar los brazos", admite el capitán, que destaca el papel de la afición celeste.