El Pilotes Posada sostiene el liderato de la División de Honor B, el único puesto que concede el ascenso directo, en un apretado pulso con el Obearagón. El triunfo en Irún por 26-28 le costó a los académicos una remontada heroica y el dolor de Fran González y Rubén Montávez, piezas esenciales. El asturiano ha vuelto con el hombro estropeado, pendiente de ecografía; al barcelonés no le carbura bien la rodilla. El estado de ambos inquieta más a medio plazo que para la visita del colista Almoradí, aunque Quique Domínguez ya advierte: "Confianzas, las justas". El partido se disputa este sábado en Navia.

El físico del Pilotes Posada renquea ahora que se avecina la fase clave de la campaña. El equipo vigués y el Obearagón han roto amarras con 27 puntos, distanciándose del Teucro (23) y con el pujante Frigoríficos todavía a distancia (22). Sólo una hecatombe puede apartar al Pilotes de esa "final a cuatro" por el segundo billete a la Asobal que disputarían del segundo al quinto clasificado. Pero esa meta no sacia. Se quiere el atajo del primer puesto. Y tras el débil Almoradí llegarán adversarios poderosos: Anaitasuna, Pozoblanco y los dos derbis.

La energía de la que disponga la escuadra académica será un factor de peso. De partida se consideraba su plantilla como una de las más completas. Ha tenido que demostrarlo sobradamente, sobreviviendo a las frecuentes ausencias de Rubén Montávez, su estrella, que no acaba de recuperarse de su lesión de rodilla. En Irún se probó y las sensaciones no fueron buenas. Ayer apenas pudo entrenarse.

Los golpes se le acumulan a Quique Domínguez en la primera línea y más concretamente en el puesto de central, que Fran González ha ocupado precisamente en sustitución de Montávez. El asturiano encajó un mal choque en su hombro derecho defendiendo a los irundarras. Hoy le realizarán una ecografía para estudiar el alcance de la lesión. En el Octavio cruzan los dedos. González, mano experta en lo más angustioso de los partidos, es necesario para el ascenso. Cacheda es a estas horas el único central sano.

Hay más inquilinos en la enfermería. Ruesga también tiene la rodilla delicada. Y Pablo Macías paga la mal curada rotura muscular que sufrió en su pectoral. Fue la pasada temporada cuando le partieron el pecho al vigués, lesión simbólicamente adecuada para el alma del equipo en defensa, un auténtico líder espiritual. Y con todo, el Pilotes se las arregla para mantenerse en la cima. "La verdad es que tiene mérito", afirma Quique.

La prioridad inmediata es resolver el partido contra el Almoradí con seriedad. El choque del sábado (18.00) tiene la intriga añadida de disputarse en Navia. La celebración de la fiesta del patinaje en As Travesas y la negativa del cuadro andaluz a jugar el domingo obligan a la mudanza. El Pilotes se entrenará un par de veces en el nuevo pabellón. "No me preocupa el cambio", asegura Domínguez. La cabalística le advierte que en el Central no han cedido un solo punto. Confía en que la racha se mantenga en Navia, que por su menor aforo permitirá acentuar la presión ambiental.