Apenas dos meses de trabajo y dos partidos oficiales han bastado para que Víctor García, "Pillo", haya imprimido su sello al Frigoríficos del Morrazo. Con un balance de una derrota (Pines Badajoz) y una victoria (Adelma Santander), ambas con marcadores ajustados, el conjunto cangués, aún en fase de formación, ya ha dejado entrever alguna de las cualidades que exhibirá esta temporada. Éstas son alguna de las claves de la filosofía del nuevo Cangas.

Velocidad. Rapidez, ritmo, son las palabras que mejor definen el estilo de juego del Cangas de Pillo. El preparador pontevedrés repite hasta la saciedad que su apuesta es la de correr a la mínima ocasión. Contragolpe directo o en segunda y tercera oleadas serán las armas principales de los cangueses. Pillo está tratando de cambiar la mentalidad de sus jugadores para que su primera intención sea de la de llegar cuanto antes a la portería contraria. Luego, llegará el momento de combinar velocidad con control.

Optimización de recursos. No se caracteriza Pillo por tener un siete definido y que el resto de la plantilla cumpla el papel de comparsa. Así lo está demostrando hasta el momento, explotando la profundidad de banquillo de los de O Morrazo. "Aquí no hay figuras y todos los jugadores son importantes", ha dicho en más de una ocasión. Ante el Adelma, Pablo y Ugalde jugaron un tiempo cada uno. Serafín y Espino repartieron minutos. David García y Adrián lo mismo. Tan solo Santana disputó los 60 minutos (Kevin había jugado en Badajoz). Todos se sienten importantes.

Adrián como central. A este paso, los diferentes técnicos definirán su estilo en función de dónde utilizan a Adrián. El jugador cangués, en una nueva vuelta de tuerca a su polivalencia, ha regresado a la primera línea, ahora como central. En esta posición es el complemento ideal a David García. El buenense aporta dirección de juego y penetración. El cangués, una importante capacidad de lanzamiento.

Variedad defensiva. Los recursos que Pillo tiene en la plantilla le han permitido trabajar con distintos modelos defensivos con idéntico éxito. El 6-0 es una garantía con los centímetros de Karleusa y la solvencia de Doder y Eijo. El 3-2-1 es un interesante recurso para ahogar al ataque contrario con la movilidad de Ugalde, Adrián y compañía, y el 5-1 tampoco es desdeñable, especialmente en momentos con superioridad numérica.

Reparto de responsabilidades. Sin una figura tipo Oslak, la responsabilidad anotadora se reparte entre todos los integrantes de la plantilla canguesa. Mención especial merece un Marko Lasica que puede convertirse en una de las revelaciones de la temporada.