El austríaco Jurgen Melzer es el único escollo que le queda a Rafael Nadal para alcanzar la quinta final de Roland Garros, y de paso, aspirar al puesto de número uno del mundo. Asegurado ya el número dos pase lo que pase, el de Manacor preparó el próximo encuentro en el día de su 24 cumpleaños entrenándose con el júnior ecuatoriano Roberto Quiroz, al que dedicó varios autógrafos para sus hermanos. "Es impresionante pelotear con él, ha sido una gran experiencia", dijo el zurdo de Guayaquil .

Tras escuchar el cumpleaños feliz por parte de los aficionados que se reunieron en la pista cinco, Rafa recibió varios regalos de la ATP, recuerdos de Roland Garros, y una botella de champán Ruinart de tres litros que él y su familia guardaron para celebrar, si es el caso, la victoria sobre Melzer, el tercer zurdo que le sale al paso este año en París.

Rafa ha llegado a las semifinales sin ceder un set en cinco partidos, y eso le llena de confianza. Lleva 20 victorias seguidas en tierra esta temporada, es el líder de los títulos Masters 1.000 con 18 tras ganar en Montercarlo, Roma y Madrid, y ser el primero en lograrlo, y es junto con Alex Corretja el español que más victorias lleva cosechadas en la capital francesa, con 36. ¿Qué le queda ahora en París donde su máximo rival, Roger Federer ha sido ya batido por el sueco Robin Soderling? Solo ganar el título, y hacerlo ante el nórdico, su verdugo en los octavos del año pasado, para convertirse en el segundo hombre en la historia en ganar cinco veces en París, después del sueco Bjorn Borg.

Aunque a Rafa no le gusta hablar jamás de venganza, esa sería la final soñada por el torneo, a falta de grandes nombres en las rondas finales, caso de Djokovic, Federer, Roddick o un francés, como Jo-Wilfried Tsonga o Gael Monfils, que hubieran devuelto la esperanza al público.

Soderling tiene ya una vitola de mata gigantes. En dos años consecutivos ha sido capaz de derrotar a dos números uno del mundo, y a los dos últimos campeones (Nadal y Federer) y ahora, engrandecido, aupado a los altares por su compatriota Borg, quien ha repetido hasta la saciedad que le ve como futuro número uno, se enfrentará contra el checo Tomas Berdych, el único que junto a Nadal figura en semifinales sin ceder un set.

De momento, Melzer, el primer austríaco que logra las semifinales en París después de Thomas Muster (1990 y 1995, año en el Muster se proclamó campeón), es el que asoma en el camino de Nadal antes de que llegue el domingo. Zurdo como el de Manacor, con un colgante al cuello con el ratón Micky y un balón de fútbol, tiene dos títulos en su carrera, Viena 2009 y Bucarest, 2006, (frente a los 39 de Rafa), y está entrenado por el sueco Joakim Nystrom desde 2007.

Superar un 6-3, 6-2 y 2-0 y ganar en cinco sets, después de cuatro horas y 15 minutos a Djokovic, y antes el español David Ferrer en tres mangas, es la prueba de que Melzer, campeón júnior de Wimbledon en 1999, se encuentra en el mejor momento de su carrera.

Se han enfrentado en dos ocasiones, pero Nadal nunca ha perdido un set contra el vienés. En el Master 1.000 de Madrid del año pasado, también en tierra batida, y en los Juegos de Pekín en 2008, en pista rápida.