Quique Sánchez Flores, entrenador del Atlético de Madrid, llega con el objetivo de "reflotar a un equipo con herramientas suficientes para estar entre los mejores de Europa", en el que, a nivel personal, tiene que estar a la "altura de la historia del club", con un "pensamiento ganador", aunque admitió que en estos momentos "hay jugadores superados por la situación".

En su presentación como nuevo técnico del conjunto rojiblanco, con el que ha firmado hasta final de temporada con opción a una más si entra en Liga de Campeones, admitió que "habría sido incapaz de decir no a la propuesta del Atlético", porque cree en los jugadores de la actual plantilla, y consideró "fundamental recuperar la calidad y el estado emocional de estos futbolistas".

En sus primeras palabras, que incluyeron un recuerdo a su "colega" Abel Resino, al que sustituye en el banquillo del club madrileño y del que afirmó que está "convencido de que ha batido muy fuerte para hacer lo máximo posible en un gran club", Quique trazó sus objetivos para el nuevo reto en el Atlético.

"Venimos con la intención, en lo deportivo, de conectar lo antes posible con los jugadores y de reflotar un equipo que tiene herramientas suficientes, porque ya lo ha demostrado, para volver a conseguir situarse entre los mejores clubes de España y por supuesto de Europa", explicó en el Vicente Calderón.

"Y venimos con la intención de conectar lo antes posible con los nuestros, que son nuestros aficionados, nuestra grada, que, aunque digan que son muy sufridores, que lo son, también tienen derecho a ser lo más felices posible. Y eso nos hará felices a todos los demás. Esos son los primeros objetivos deportivos", añadió.

"Y, a nivel personal, ser un buen entrenador y un muy buen representante de este club. Estoy agradecido. El Atlético de Madrid es un club que, visto desde fuera, apetece entrenar y, visto desde dentro y conociendo a las personas que estoy conociendo, es una garantía y un orgullo poder pertenecer a este club", destacó.

"Sobran palabras y lo que hace falta es mucho trabajo y levantar la moral de los futbolistas, que son muy buenos. Estamos ante la exigencia que supone el Atleti en todos los términos. Esperamos hacer la vida lo más feliz posible a aficionados y dirigentes y lo más exigente posible a los jugadores", continuó.