"Fútbol es fútbol". La máxima de Boskov se extendió ayer en toda su plenitud entre los actores del deportes más popular para esquivar las preguntas sobre el supuesto amaño del Athletic-Levante. Los futbolistas se desmarcan de la polémica, aunque a algunos les hubiese afectado deportiva y económicamente. "No me interesa. Temas que ensucian el fútbol no nos competen a los futbolistas", declaró Borja Oubiña ayer, antes de insistir que será "otra gente" la que tenga que hablar al respecto.

El céltico remitió a la prensa "al día que haya una resolución" judicial para dar su opinión. Mientras tanto, le trae sin cuidado: "Me da igual que se investigue o no", comentó sobre la conversación grabada entre el presidente del Levante y Descarga sobre el supuesto cobro por dejarse ganar en San Mamés hace dos años. "Estamos hablando de hipótesis. No hay nada y no tiene sentido. No tiene interés para mí este tema", recalcó Oubiña, para quien la resolución de aquel final de temporada fue el esperado: "En la última jornada, cuando llegas por detrás en la clasificación, lo normal es que los equipos que se juegan algo ganen. Así pasa siempre". Y eso fue lo que le ocurrió al Celta en aquel fatídico final de curso.

Su compañero Rubén González, que aquel día disputó el Racing de Santander-Betis (0-2), también bajo sospecha de amaño, comparte la indiferencia de si deberían investigarse o no los hechos. Niega que el conjunto racinguista, al que pertenecía en aquel momento, se hubiese dejado ganar por los béticos. Y puso como prueba irrefutable la presencia de Pablo Alfaro con los cántabros:_"Decirle a Pablo que se venda contra el Betis... Me parece una aberración", y recordó el pasado en el Sevilla del veterano zaguero. Sin embargo, Rubén dejó abierta la posibilidad de que existan corruptelas en su deporte: "Es normal que el fútbol se ponga bajo sospecha con estos últimos acontecimientos", dijo al recordar también las polémicas declaraciones de Jesuli. "En cualquier profesión pueden ocurrir estas cosas", sentenció el defensa que el año pasado llegó a Vigo procedente de Santander.