Los capitanes del Celta difundieron ayer tarde un comunicado para confirmar que el equipo jugará los dos últimos partidos de Liga que restan. "Los capitanes del Real Club Celta, Fabián Canobbio, Esteban, Jorge Larena y Jesús Perera, quieren desmentir de manera rotunda e inequívoca los rumores difundidos en las últimas horas sobre la posibilidad de que la plantilla estudie protagonizar alguna medida de presión", señala el texto, que añade: "Los capitanes afirman que tales rumores son totalmente falsos y garantizan con total certeza que la plantilla afrontará con absoluta profesionalidad los dos partidos que restan de competición y que tratarán de ganar para dejar al Celta lo más arriba posible". Finalmente, para respaldar sus argumentos señalan: "Recuerdan además que basta con observar los entrenamientos para comprobar la intensidad con la que los jugadores se están empleando cada día para preparar los partidos del fin de semana".

El desmentido, se produce sin embargo tras una agitada jornada que se inició por la mañana con una tensa reunión en el vestuario. En este encuentro, los capitanes informaron al resto de los jugadores del contenido de la reunión celebrada la víspera en la sede de Plaza de España con el director general celeste, Antonio Chaves, en la que éste les comunicó que existían muchas posibilidades de que el club se acogiese antes de final de mes a la Ley Concursal.

La noticia, según ha averiguado este diario de fuentes solventes, causó un profundo malestar en la plantilla que, en caliente, discutió la posiblidad de un plante en los dos partidos que restan. Los jugadores exigieron que el presidente garantizase el cobro de las fichas -que suponen aproxidamanente el 70 por ciento su salario y que el club debe hacer efectivas el 30 de junio- y emplazaron al club a una nueva reunión el viernes con la amenaza de no disputar los dos últimos partidos de Liga, si sus reivindicaciones no eran atendidas.

La situación, sin embargo, dio un vuelco por la tarde después de que el club se negase a satisfacer sus exigencias y que los jugadores comprobasen que la protesta carecía de fundamento legal. En primer lugar, la convocatoria de una huelga requiere un procedimiento legal y debe comunicarse a la Delegación de Trabajo con cinco días de antelación, lo que era materialmente imposible; en segundo, los jugadores se encuentran al día en el cobro de sus mensualidades, por lo que no existen, de momento, motivos que sustenten su reclamación.