Los acordes del violín se entremezclan desde ayer con el canto de los pájaros que pueblan San Simón. Cerca de cien personas, entre menores y profesores, desembarcaron por la mañana para participar en la sexta edición de la San Simón Fiddle, que organiza la Asociación Galicia Fiddle y que se ha convertido ya en un referente mundial en campamentos de violín folk.

Una de las razones de que en tan solo seis años se haya convertido en uno de los más prestigiosos campamentos de cuerda infantiles del mundo es, según su director, Alfonso Franco, a que todo el personal es voluntario. "El hecho que sea una actividad sin ánimo de lucro hace que se gestione de otra manera y que lo que se transmite a los niños también sea diferente", explica el músico.

Otra clave es su carácter aperturista. "Aunque se basa en la cultura gallega, porque nuestro objetivo es difundir nuestra música tradicional a través de los instrumentos de cuerda, lo hacemos de forma muy global, viendo siempre la música de fuera", explica.

Como parte de esta visión aperturista y global, San Simón Fiddle invita cada año a un país. En esta ocasión, el invitado es México, que participa con dos profesores, dos alumnas y una psicóloga de Veracruz, ciudad con la que se realizarán también conexiones en "streaming" para intercambiar conocimientos musicales con dos escuelas de violín tradicional. Sin embargo, la música no será el único aspecto en el que se ahondará. La gastronomía, las danzas y las costumbres mexicanas también formarán parte de este intercambio.

Hasta el próximo día 9, estos pequeños violinistas, de entre 7 y 17 años y procedentes de distintos países del mundo, aprenderán a tocar piezas tradicionales no para alcanzar el virtuosismo, sino de una forma lúdica. "La palabra fiddle se refiere al violín que se toca para interpretar folk, rock, blues, para divertir y hacer bailar a la gente. Nuestro objetivo es que toquen el violín toda su vida, aunque no se dediquen profesionalmente a la música. Pero también queremos que sean aperturistas y que puedan tocar también sin partituras porque hay un mundo entero de posibilidades que pueden complementar mucho sus estudios", sostiene.

Y también aprenderán a imitar con el violín el canto de los pájaros más comunes en la isla, como el carbonero y el chochín, ya que este año el día que el campamento dedica al medio ambiente estará centrado en las aves. El próximo sábado, los jóvenes músicos ofrecerán un concierto de música tradicional gallega y mexicana, fruto de estos nueve días de actividad musical, y el domingo, como broche final, tocarán en medio de la bahía de San Simón, de noche, a bordo del catamarán que los traerá de vuelta a tierra.