La incorporación a la actividad legal de dos furtivos, recientemente condenados por agredir al coordinador del servicio de guardapescas de la Cofradía, ha abierto la polémica en Baiona. Las críticas de la patrona mayor, Susana González, contra la contratación de ambos como percebeiros a bordo del Beredu han recibido una respuesta contundente por parte del propietario del barco, Eduardo Durán. El armador defiende el derecho de sus empleados a "rehacer sus vidas" e insiste en que su decisión de darles trabajo, "por encima de prejuicios y sinrazones", favorece al sector. "Saco a dos furtivos del mar y la Cofradía, en lugar de agradecerlo, va contra mí. Es incomprensible", lamenta.

Atribuye a Susana González el "mal gusto" de calificarlos de "delincuentes" sin tener en cuenta qué situación les pudo llevar a actuar al margen de la legalidad y "dando pábulo a opiniones sin la más mínima credibilidad de una persona -el jefe de los vigilantes, Xosé Lourenzo- que ha sido declarada mentirosa por parte de un tribunal por realizar denuncias falsas". Considera la actitud de la patrona "impropia de quien debería representar a la gente del mar de Baiona" y recuerda que la mayoría de los socios del pósito llevan meses reclamando su dimisión "por sus abusos y prepotencia".

Durán recalca que los dos mariscadores "están plenamente adaptados a la vida profesional, cumplen con sus horas de trabajo y se han ganado a pulso la tarjeta de percebeiros concedida por la Xunta, aportan ingresos diariamente a la Cofradía y están pagando las sanciones que se les impusieron en el pasado".