Nunca tuvo nietos, aunque puede presumir de ser la "abuela" de toda Redondela. La persona más longeva del municipio, Ramona Cabaleiro Vidal, celebró ayer su 105 cumpleaños con una fiesta en familia en la que no faltaron los pasteles ni la tarta con su vela. La única pena que le queda es la ausencia de su hermana Elena, que falleció con 104 años, una edad que ahora supera ella y da una idea de la calidad de los genes de esta familia por su alta longevidad.

Pese al cansancio acumulado con los años, Ramona demostró que el buen humor nunca se pierde, derrochando simpatía cuando comprobó que entre los invitados también se encontraba el alcalde, Javier Bas, y la edil de Benestar Social, María del Carmen Amoedo.

Nacida el 26 de octubre de 1911,esta vecina del barrio de A Teixeira -en la parroquia de O Viso- vivió el cambio de siglo, guerras y posguerras y en los últimos tiempos, toda la revolución tecnológica. En su recuerdo queda cuando se sorprendían al ver un coche o un avión como algo excepcional, o en tiempos más "modernos", cuando los teléfonos tenían cable y la televisión solo emitía en blanco y negro. Y es que uno de sus entretenimientos es rememorar "aquellos tiempos -dice-, muy duros, llenos de trabajo y sacrificio, pero al mismo tiempo muy felices". Le encanta recordar los bailes de las distintas parroquias vecinas a los que asistía, "en los que siempre estrenaba un vestido".

Aunque soltera, desde muy joven se hizo cargo de dos de sus sobrinas, a las que nunca les faltó de nada. De joven, se dedicaba a la venta de los productos del campo en los diferentes mercados del entorno. "Cada día caminaba hasta Vigo para vender lo que se cultivaba y de esta manera poder alimentar a los que vivían en casa", explica. Una de ellas, Purificación, junto con los hijos de la misma, María del Carmen y José Luis, son los que todavía conviven con ella, llenándola de cariño y cuidados.

Rodeada de sus sobrinas y sobrinos, así como de sus sobrinas bisnietas, a las que vio nacer y crecer, no se cansa de recordar anécdotas curiosas y divertidas de su vida. A sus 105 años disfruta de una salud de hierro, ya que nunca tuvo una enfermedad grave ni pisó un hospital. Tan solo ahora, con el desgaste propio de la edad, tiene problemas de audición.

Ramona se levanta cada día y toma como siempre su café con leche y sus dos tostadas con mantequilla. Tras el desayuno, se dedica a ver revistas o se entretiene un rato con la televisión. Es una muy buena comedora y siempre acompaña los almuerzos con un vaso de vino con azúcar, "algo que le encanta", confiesan sus sobrinas. "No es muy aficionada a los dulces, pero siempre está dispuesta a brindar con una copita de vino dulce o Oporto", señalan.

El alcalde redondelano, Javier Bas, aprovechó ayer para brindar con la vecina más longeva del municipio y acompañarla en un día tan especial, agasajándola con un escudo dedicado de su villa natal. Ramona siguirá mientras tanto al pie del cañón, dando una lección de vida a las generaciones sucesoras.