El parricidio de Brión: la muerte a hachazos del doctor Pensado que estremeció a la sociedad gallega

Manuel Antonio, único hijo varón del médico, le asestó dos golpes en cabeza y cuello que terminaron con su vida en el acto

También atacó a su madre Isabel, a la que hirió de extrema gravedad

Tras reconocer ante juez ser el autor del crimen, éste decretó su ingreso en el Psiquiátrico de Conxo durante 25 años

El parricidio de Brión: la muerte a hachazos del Dr. Antonio Pensado estremeció a la sociedad compostelana

El parricidio de Brión: la muerte a hachazos del Dr. Antonio Pensado estremeció a la sociedad compostelana

David Suárez

En la tarde del 20 de agosto de 1996, la crónica negra de Santiago escribiría una de sus más oscuras e inexplicables páginas después de que, pasadas las cinco de la tarde, la terrible noticia de la muerte a hachazos de un reputado médico a manos de su hijo conmocionara a toda la sociedad compostelana de la época.

El doctor Antonio Pensado Iglesias, de 65 años y nacido en la capital de Galicia, era un hombre de éxito tanto en lo profesional como en la vida personal. A su buen hacer como otorrinolaringólogo, se le sumaba una gran familia compuesta por su mujer Isabel Banet Díaz y sus cinco hijos, con los que compartía su tiempo de ocio durante las épocas estivales en una segunda residencia situada en Adoufe, en el concello de Brión.

Manuel Antonio Pensado, de 36 años en aquel momento, era su único hijo varón y llevaba dos años en tratamiento médico por esquizofrenia. Habitualmente era un hombre calmado pero, de vez en cuando, sufría brotes psicóticos a causa de la enfermedad que lo volvían agresivo y violento. Pese a esto, nunca se produjo ninguna situación que pudiera hacer entrever los terribles actos que cometería ese verano.

Antonio Pensado, su mujer Isabel, su hija Cristina, y Manuel Antonio llevaban pasando unos días en la vivienda de Adoufe, disfrutando del buen tiempo que acompañaba al mes. Esa tarde de agosto, el doctor se encontraba cortando un seto que rodeaba la casa junto a su jardinero de confianza, que acudía en algunas ocasiones para ayudar al médico a adecentar los exteriores de la finca. Eran las cinco y media de la tarde cuando el médico se dirigió hacia la piscina, situada junto a la casa, en su mano llevaba una bolsa con veneno para ratones de los que hacía un tiempo se venía quejando. Mientras, su mujer Isabel, miraba desde la puerta de la vivienda como su marido esparcía el veneno sin saber la terrible escena que estaba a punto de presenciar.

El crimen

Manuel Antonio, el hijo varón del matrimonio, se había ausentado de la finca tras terminar la comida según relató la prensa de la época. La investigación señaló posteriormente que se mantuvo agazapado entre los setos después de dirigirse al coche a recoger el arma con el que acabaría con la vida de su padre. Con el factor sorpresa a su favor, se abalanzó sobre su padre con un hacha en la mano y le asestó dos machetazos, en la cabeza y la garganta sin mediar palabra, los cuales acabarían con la vida del Dr. Pensado en el acto.

La visión que estaba presenciando dejó en shock a su mujer Isabel, que observaba la violenta escena a medida que corría hacia su marido. Sin embargo, acto seguido y sin mostrar ni las mínima preocupación por su padre, Manuel Antonio también arremetió contra su madre golpeándola varias veces con el hacha en la cabeza y dejándola en un estado de extrema gravedad.

Poco después el jardinero escuchó a Cristina pidiendo a gritos una ambulancia. Según relataron los testigos de aquel día, al acercarse a la zona de la piscina se topó con el doctor Pensado ya cadáver junto a la casa familiar. Sin embargo, a su lado, también se encontraba Isabel, su esposa, herida de gravedad y ambos, cubiertos en sangre. La hija del matrimonio estaba gritando desesperada mientras sujetaba la cabeza de su madre, como si intentase evitar que viese la terrible escena de su marido destrozado y lleno de sangre.

Pero en la finca, todavía se encontraba el autor de la masacre. Alrededor de la piscina, y paseando con toda la tranquilidad del mundo, se encontraba su hijo Manuel Antonio, ensimismado, en un mundo desconocido para el resto, y al que percibían como “ido” desde fuera.

Su madre y su padre fueron sus únicas víctimas, pero esa tarde podrían haber sido más de no ser por la intervención de un amigo italiano de la familia que también se encontraba en la vivienda de Adoufe. Tras agredir a sus padres a machetazos, Manuel Antonio, fuera de sí, intentó asfixiar a Cristina y sin la mediación de este hombre, que le quitó el hacha y le apartó, posiblemente habría perdido la vida. Fue a partir de ahí cuando se dirigió a dar paseos por la finca, como si nada de eso fuera con él, y al parecer sin ser consciente de la gravedad del ataque en sí mismo.

Tras las heridas recibidas por parte de su hijo, Isabel fue llevada de urgencia al Hospital Xeral de Galicia, donde fue ingresada en la UCI. El tiempo salvó a Isabel de terminar como su marido, pues entró en coma en el centro médico, donde se le practicó una cirugía de urgencia.

El juez decreto su ingreso en el Psiquiátrico de Conxo

Manuel Antonio Pensado formaba parte del equipo de cámaras de la TVG prácticamente desde sus inicios. Según dijeron sus compañeros, no había aparecido por el trabajo hacía varios días ya que estaba de baja médica por enfermedad.

Con la llegada de la Guardia Civil, el parricida fue arrestado y llevado ante el Juez, quien examinando los datos de la investigación, pudo ver sin mayor complicación que las capacidades del agresor en el momento del crimen habían sido mermadas por la esquizofrenia que padecía desde hacía varios años, por lo que dispuso que fuese internado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Provincial de Santiago, dentro de un régimen equivalente a la prisión provisional hasta que se celebrase el juicio.

Fue ese mismo día, antes del internamiento, cuando el autor de los hechos declaró ante el juez y admitió los delitos de los que se le acusaba: el asesinato a hachazos de su padre y la agresión de su madre con la misma arma blanca. Quedó así ingresado en el hospital psiquiátrico, a la espera del juicio, donde la defensa esgrimió la eximente de enajenación mental transitoria. Manuel Antonio Pensado Banet, fue finalmente ingresado en el Centro Psiquiátrico de Conxo por 25 años, mientras que se desestimó la puesta en libertad del acusado. Actualmente se encuentra en libertad.

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