El afamado santiaguiño, que como otros mariscos fue antaño despreciado y empleado como abono o alimento para gallinas, es ahora uno de los productos más buscados. Pero escasea en Galicia -apenas veinte toneladas desde el año 2001-, donde hoy entra en veda y ya no volverá a pescarse hasta el 1 de octubre.

El año pasado se subastaron 1.139 kilos -datos aún provisionales- por importe de 73.000 euros, frente a los 1.204 kilos y 76.080 euros generados en 2016.

El mejor ejercicio había sido 2011, cuando se superaron las dos toneladas y media de santiaguiño, para ingresar por ello cerca de 107.000 euros.

187 euros por kilo

De la importancia del santiaguiño dan cuenta los precios máximos marcados en las lonjas en los últimos tiempos. Y su escasez se hace igual de evidente cuando se comprueba que el año pasado llego a solo una veinte de rulas, la mayoría con cantidades irrisorias, de apenas uno o dos kilos.

Llegó a cotizar a 187 euros por kilo en 2013 y se quedó en topes de 182, 162 y 150 en 2015, 2016 y 2017, respectivamente.