Cuando al entonces responsable del cuartel de la Guardia Civil de Valga se personó en la vivienda en la que se cometió el crimen, el domicilio le era familiar. Manuel Burés no solo era muy conocido en la zona sino que además el agente ya había estado en otras dos ocasiones en la vivienda dado que el nonagenario ya había sido víctima con anterioridad de otros dos robos, según dijo al tribunal.

La bicicleta

Otro elemento de interés en este juicio estaba en torno a una bicicleta que supuestamente utilizaba el acusado y que fue localizada más tarde por la Guardia Civil. Y es que la noche de los hechos un conductor afirmó ver una bicicleta similiar tirada cerca de la vivienda del fallecido. Ayer en el juicio aseguró que aquel día vio una bicicleta roja en el suelo pero que no podía asegurar que fuera la que le estaban enseñando ayer en el juicio. El acusado aseguró que él no anduvo ese día en bicicleta ni tampoco uso zapatillas.