Las conserveras necesitan garantías de continuidad en el suministro de materia prima, de ahí que ante la llegada de un nuevo episodio tóxico muchas decidieran posponer la campaña del mejillón. Los cocederos y depuradoras -en la foto las instalaciones de Remagro (O Grove), ayer- pronto tendrán que parar máquinas por el mismo motivo, si no lo hicieron ya. En este caso pudieron transformar producto en los últimos días aprovechando el molusco servido desde los polígonos bateeiros que seguían abiertos, pero saben que la semana que viene todo puede empeorar, y mucho.