Zambrano, consagrado con "Solas", vuelve a la pantalla grande tras años de ausencia para reincidir en la denuncia. "Intemperie", que aspira al Goya a mejor película y guion adaptado, bebe de varias fuentes, drama, obra de aprendizaje..., pero tiene corazón de western. No solo por el árido paisaje que recorren en su huida los protagonistas -grandes Luis Tosar y el niño Luis Callejo-, sino por hablar de un tiempo y un lugar, que concreta en la posguerra, donde impera la ley del más fuerte y las personas tienen dueño. Es resultado es impecable, tiene alguna secuencia que impresiona y una reflexión sobre el poder que nunca caduca, pero tal vez le vendría bien un poco más pasión.
