El jengibre es originario del este de Asia, y las culturas hindúes y chinas lo han utilizado durante milenios como un aliviador digestivo. Se cree que fue llevado hasta el Mediterráneo en el siglo I por los fenicios y ya se conocía en Egipto, en Grecia y en Roma. En la cocina medieval europea ocupó un lugar de gran importancia entre las especias. Hoy se utiliza en las mesas de todo el mundo por su sabor y aroma.
Además de ser un condimento altamente valorado en la gastronomía, es famoso por las propiedades que se le atribuyen para la salud. El Zingiber officinalis es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuyo tallo subterráneo es un rizoma horizontal apreciado por su aroma intenso y sabor ligeramente picante.
Galeno, el famoso médico griego, recomendaba a sus pacientes consumir jengibre a diario para corregir tumores y deformaciones. Avicena, reconocido especialista persa, lo sugería como afrodisíaco. Después de la pimienta, era el jengibre la segunda especia en orden de preferencia por parte de los romanos.
La planta llegó a Francia y Alemania durante el siglo IX, y un poco más tarde, a Inglaterra, donde en el siglo XI era ya conocido. Los portugueses lo introdujeron en África y los españoles lo llevaron a las Antillas. En Inglaterra, en la Edad Media, se ponía un recipiente con jengibre en la mesa, de la misma manera que se hace en la actualidad con la sal y la pimienta; igualmente fue asumido en Francia y otros países, tanto por su sabor como por sus efectos favorables.
Para su apodo de "superfood" no le faltan motivos. Es rico en vitaminas A, C, B1, B2 y B6, además de contener potasio, calcio, manganeso, fósforo y hierro. Tiene un elevado poder antioxidante y antiinflamatorio, propiedades digestivas, ayuda a combatir la fatiga crónica y fortalece el sistema inmunológico, entre otros beneficios. Un superalimento del que se puede disfrutar de numerosas formas.
En la cocina china el jengibre fresco se pela y se corta en lonchas o tiras muy finas y se calienta en aceite antes de rehogar el resto de ingredientes. La raíz seca puede utilizarse para hacer jengibre molido. Combina bien con otras especias y anima cualquier producto de repostería. Puede añadirse al té o a cualquier infusión, a los zumos o a cualquier plato -sea carne o pescado- cortado en láminas o rallado. Sano y versátil, combina bien con todo.
