Su presencia en cualquier plato alegra el sabor, porque aportan notas oceánicas a todas las elaboraciones. Puede que sea el molusco más apetecido, con su peculiar morfología, sus múltiples cualidades y el extenso recetario que abarca en la gastronomía, desde las populares empanadas o los clásicos berberechos al vapor, a la marinera o, simplemente, al natural (aderezados con unas gotas de limón). El berberecho saca pecho y reivindica su lugar en la cocina.
Los famosos croques viven y crecen con rapidez en arenales y bahías. Los habitantes de los castros ya sabían de las bonanzas de estos bivalvos, como han puesto de relieve los restos de crustáceos encontrados en yacimientos con largo pasado como el de A Lanzada, Neixón (Boiro) o el de Santa Tegra (A Guarda). Los concheiros son los depósitos de moluscos que acercan las pautas de subsistencia de los asentamientos ubicados cerca del litoral, y nuestros antepasados castreños eran consumidores habituales de pescados, mejillones, navajas, lapas y, por supuesto, berberechos, entre otros tipos de ejemplares marinos.
Aromáticos y suaves, pueden llegar a los tres años de vida, alcanzando ya el tamaño comercial en su primer año. Los aptos para la venta se van a la depuradora para después ser subastados en las lonjas. El tamaño y la calidad son las cualidades que hacen que el berberecho gallego sea reconocido a nivel mundial, con el de Noia como uno de los referentes de la comunidad.Otras localidades costeras encierran larga tradición de cría del molusco, como Vilanova de Arousa, Vilagarcía o Moaña, esta última con buenas campañas en los tiempos actuales.
Entre sus muchas propiedades, posee un alto valor de hierro, además de interesantes cantidades de fósforo, calcio, magnesio y potasio. Contiene vitaminas, principalmente de los grupos B y A, destacando la tiamina, riboflavina y niacina. Al mismo tiempo, sus considerables tasas en retinol favorecen un correcto mantenimiento de las mucosas, la piel y el sistema óseo. A todo esto, el berberecho suma su bajo aporte calórico, por lo que resulta un alimento idóneo para personas que deben controlar su peso.
Las recetas son tantas como imaginación en la cocina. Además de las clásicas, el bivalvo es un excelente tentempié, y puede servirse con salsa verde, al natural o a la plancha, entre otras posibilidades. Acompaña pescados, guisos, ensaladas, vegetales y cualquier comida relacionada con todo lo que proceda del mar. También puede presumir de literario, ya que los más egregios escritores le han dedicado páginas, como Emilia Pardo Bazán o el inexcusable Cunqueiro, que refiere: "Cuanto más simplemente se cocinen estas cosas de tan delicado sabor o perfume, mejor es.Hay que salvar su sabor natural por encima de todo".
