Seth Rogen y James Franco, protagonistas de la película. // Sony Pictures
Pocas películas han gozado de una campaña de promoción tan amplia -e involuntaria- como "The interview", con el mismísimo presidente de los Estados Unidos reclamando su estreno. Eso sí, a costa de un ciberataque masivo a Sony por encargo -según el FBI- del dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, que considera esta comedia "un acto de guerra". Al margen del humo mediático y político, esta tercera entrega del irreverente tándem Rogen-Franco se deja ver, según sugiere la crítica.
Seth Rogen, codirector de la película junto a Evan Goldberg, encarna a Aaron Rapaport, productor de un existoso programa sensacionalista. El presentador de este espacio es su amigo Dave Skylark (James Franco), que sufre un conflicto entre las cifras de audiencia y su conciencia. Cuando Dave descubre que el líder norcoreano Kim Jong-un es un gran seguidor de su programa, Rapaport consigue que este les conceda una entrevista exclusiva en directo. Mientras preparan su viaje a Pyongyang, una agente de la CIA -encarnada por Lizzy Caplan- les encarga la misión de eliminar al dictador.
El disparatado argumento, que firman Seth Rogen y Evan Goldberg, no incluía en un principio el personaje real de Kim Jong-un, sino un dictador completamente ficticio. Al guionista Dan Sterling, que ha trabajado en programas satíricos estadounidenses como "Las noticias de Jon Stewart" y el show de Sarah Silverman, decidió luego emplear el nombre real del líder norcoreano para darle mayor verosimilitud a la película. "Pensamos, ¿por qué no intentarlo y ver qué pasa? Inmediatamente supimos que sería mucho más interesante, provocativa y divertida", ha explicado. Sterling y su equipo no sabían dónde se estaban metiendo, ni seguramente tampoco Sony Pictures, que dio luz verde a todo.
Ciberataque
Las consecuencias son bien conocidas: un ciberataque a finales de noviembre del año pasado que acarreó la destrucción de numerosos equipos informáticos e incluyó el robo de números de identificación fiscal y partes médicos de más de 3.000 empleados de la compañía. Además, los piratas, autodenominados Guardianes de la Paz, se apropiaron también de cinco películas de Sony sin estrenar, que filtraron en internet.
Sony decidió cancelar el estreno, pero tras las protestas de buena parte de Hollywood y del propio Obama por su claudicación estrenó la película el 25 de diciembre en salas independientes de EE UU y en plataformas digitales.
Seth Rogen, que vuelve a hacer dúo con James Franco tras "Freaks and Geeks," "Superfumados" y "Juerga hasta el fin", recuerda que la comedia sirve "para mostrar lo absurdas que pueden ser las peores cosas del mundo". En esta comedia el dictador norcoreano, que en la cruda realidad mantiene a miles de sus ciudadanos pasando hambre, aparece como un tipo simpático y hasta tierno que entabla amistad con el personaje de James Franco, que duda si matarle. Sorprende que Kim Jong-un haya blindado su país contra la película y amenace a Estados Unidos por esta inofensiva gamberrada que, al contrario de lo que estableció Aristóteles en su "Poética" sobre las reglas de la comedia, le describe como un mejor ser humano de lo que es en realidad. Ya quedó probado con Hitler y la sátira que le propinó Chaplin: los grandes dictadores tienen un ínfimo sentido del humor.
