La causa por la tragedia del río Lérez, en la que murieron siete personas en la pasada Nochebuena, sigue su curso judicial. Tras la declaración el pasado viernes del conductor, hoy fue el turno de la otra superviviente, Rosario González, que tras su pasar ante el juez habló para los medios: "No tenía la sensación de que fuese rápido, conducía de forma adecuada". Esta versión choca con el análisis de la Guardia Civil.

La pasajera defendió la actuación del chófer, tanto durante el trayecto, que acabó prematuramente en Pedre, como tras el siniestro, cuando la despertó y la ayudó a salir del agua. Rosario González aseguró que en ningún momento percibió "volantazos" ni movimientos bruscos y añadió que el conductor era consciente de las malas condiciones: "Ayudaba a los pasajeros que bajaban, les avisaba de que no se veía bien". También descartó que el vehículo tuviese problemas, aunque el chófer sí les dijo que perdía fuerza en las cuestas.

"Nos tocó a nosotras como le pudo tocar a cualquiera", afirmó con resignación la superviviente, que perdió a una amiga en el accidente. La mujer padece secuelas física y psicológicas, que le están afectando al cuidado de su hija, según explicó.