Cuando comenzó la guerra, miles de gazatíes que trabajaban en Israel se quedaron atrapados. Los que no fueron devueltos a Gaza, están en Cisjordania. Ahora, Ahmed vive desde hace 2 meses en Jericó junto a decenas de gazatíes. La autoridad palestina es la que se hace cargo de ellos y les proporciona ayuda. El 9 de diciembre, Ahmed escuchó en directo el momento en el que atacaban su casa en Gaza mientras hablaba con un familiar. Su mujer y sus tres hijas murieron. Tala de 10 años, Lana de 5 y Nalia con tan sólo 2 años. Viven en la residencia sin poder hacer nada, tienen prohibido trabajar. Ahora, en Ramadán, cocinan y esperan la hora del Iftar para comer juntos. Están en un limbo y la vida aquí se ha detenido. Antes Tala dibujaba para Ahmed, pero ahora, él dibuja para ella. A Ahmed no le queda nada de su antigua vida, sólo el reloj que le regaló su esposa y unas pocas fotografías familiares.