Hay una máxima que también se cumple esta Semana Santa. Cuando llegan las vacaciones, suben los precios para aprovechar el tirón turístico. La inflación se está notando en todos los servicios turísticos. Comer o dormir fuera de casa esta Semana Santa es más caro. Los hoteles han subido sus habitaciones en torno a un 6 por ciento. Pero nada de esto echa para atrás a los turistas. Ni los precios ni el tiempo han podido con la ocupación, que esta Semana Santa ronda el 85 por ciento de media.