En otoño y, sobre todo, en pleno invierno, es realmente difícil renunciar a tener un hogar cálido. En esta época del año, además de pasar frío, solemos estar en casa, quizá en compañía de amigos y familiares disfrutando de un rico menú. Para que las estancias sean aún más acogedoras, no basta con tener una decoración elegante, sino también un calor agradable que no haga sufrir las heladas del exterior. Los calefactores deben utilizarse de forma adecuada, para no dispersar el calor y arriesgarse a pagar facturas abultadas a final de mes. De hecho, es un mes económicamente exigente, contando el gasto en regalos, por lo que intentar ahorrar dinero no sería tan mala idea.