Ridley Scott dirige como el que libra batallas. Para esta última, la apoteósica Napoleón, sabía a quién tenía que reclutar: Joaquin Phoenix. Además, 300 extras, 150 caballos y 11 cámaras. Rodar escenas así, a veces a la primera, requiere en plena época de la Inteligencia Artificial un ejército humano con los mejores. Algunos acusan a la película de poco rigor histórico. Scott retrata al emperador, pero también al hombre enamorado. Napoleón está a punto de conquistar la gran pantalla.