El concierto de los Guns N' Roses dejó el terreno de juego de Balaídos en un estado insalvable. El escenario y los miles de espectadores que se colocaron sobre el césped provocaron daños, según la estimación del Celta, cercanos al millón de euros. Ha pasado ya un mes desde que se arruinase el verde del estadio y el sistema de drenaje y quedan dos semanas para que el balón vuelva a echar a rodar en el coliseo vigués. Es por eso que dentro de Balaídos los operarios trabajan a contrarreloj para instalar el césped y que presente unas condiciones óptimas para la práctica del fútbol el próximo 29 de julio, fecha fijada para la celebración del Memorial Quinocho, en el que el Celta recibirá al Olympique de Lyon.